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Como sabéis nos encanta viajar con nuestros hijos, compartir sueños e ilusiones con ellos pero hay veces que estar en pareja otra vez es necesario y saludable y Cerdeña es un destino ideal para ir solos.
Y es que viajar con peques, es muy bonito, pero también más cansado y más exigente. Y estos tres días en los que hemos celebrado nuestros diez años de casados han sido un lujo, sin tener que pensar cuándo y dónde comer, sin tener que ir cargados como mulas, o haciendo lo que realmente nos venía en gana.
Dicho esto estamos deseando que lleguen las vacaciones de verano para poder irnos de viaje todos juntos, pero estos tres días solos nos han sentado de maravilla.
Tras esta pequeña introducción, empezaremos diciendo que han sido tres días maravillosos, que hemos descubierto playas paradisíacas (y eso que no somos mucho de playa y arena), y pueblos con mucho encanto.
No las teníamos todas con nosotros. Personalmente, no me acababa de convencer esta isla mediterránea y he de decir que tanto Isa como yo hemos venido encantados y con ganas de repetir. Ella si tenía muchas ganas de ir, pero teníamos un hándicap importante: el sol. No solemos hacer vacaciones playeras, pero la verdad es que ha valido mucho la pena. Eso sí, las dimensiones de la isla imposibilitan verla de una tacada... es un viaje a partir en diversas ocasiones.
Dado el carácter fugaz de nuestro viaje nuestro objetivo era ver Castelsardo y L'Alguer y alguna de las playas más bonitas de Sardegna como la Pelosa, en la península de Stintino o Le Cossi en Costa Paradiso.
Todo empieza con el clásico vuelo de Ryanair y con sus precios difíciles de superar, un coche de alquiler en L'Alguer y hacia Castelsardo, nuestro destino. Como casi siempre, gracias a mi habitual manía por meterme por sitios raros y para que negarlo una nefasta señalización de las carreteras sardas, nos metimos por el interior para ir hacia Castelsardo. Mucho ojo, porque son carreteritas muy largas sin prácticamente señalización y de un perfil muy laberíntico que hace que tengas problemas para salir de ellas. Aún así y a través del coche pudimos descubrir una Sardegna muy rural y muy poco habitada.
La llegada a Castelsardo es impactante. Tras una curva aparece ante ti un panorama grandioso, el puerto deportivo y el mar de azul intenso en primer plano y más al fondo y encaramado sobre un cerro el pueblo con sus fachadas de colores. Es un pueblo muy fotogénico y agradable y en el que el paseo por el centro histórico es una auténtica delicia. Nuestra primera cena en la isla, precisamente fue en un restaurante situado en la muralla del casco antiguo con vistas al mar. ¡Idílica!
Al día siguiente decidimos conocer las playas más bonitas del norte de la isla sin contar las del Archipiélago de la Magdalena. Por la mañana fuimos a la famosa Pelosa, en Stintino y sólo os podemos decir que es espectacular y paradisíaca. Había bastante gente pero es muy fácil adentrarse en sus cristalinas aguas que apenas cubren y tener frente a ti el mar de azul turquesa y la torre aragonesa característica inconfundible de esta playa. Ojo porque el sol pica mucho, llevad protección porque la arena blanca de esta playa y sus transparentes aguas, precisamente potencian el efecto de los rayos solares.
Por la tarde y con la sensación que no veríamos una playa igual que la Pelosa, nos dirigimos a Le Cossi en la Costa Paradiso, y aunque es muy diferente a la primera, es también de una belleza increíble. El acceso se realiza por un paseo por la ladera de una montaña, que dura 10 minutos, y que es simplemente espectacular. La visión de la cala al llegar es inolvidable: el color calcáreo de las rocas, el verde de árboles y arbustos, un río que aparece por detrás de la playa y el azul transparente del mar conforman una paleta de colores inigualable. Un rincón de Sardegna, sin masificar, ideal para perderse y disfrutar de la madre naturaleza. Por la tarde, cuando la luz es idónea, las fotos son magníficas. Es casi como estar en el Cañón del Colorado, pero en versión playera.
El último día y después de disfrutar de la playa, volvimos hacia L'Alguer a coger el avión, pero como el vuelo salía por la noche, pudimos visitar otras playas como las de Lu Bagnu o las del Golfo de Asinara.
Hacia el mediodía llegamos a L'Alguer y aunque no era la mejor hora del día para visitarla, conocimos de primera mano, porque está considerada como la pequeña Barcelona, y es que su casco histórico, con un inconfundible sabor marinero recuerda en muchas ocasiones al barrio de la Ribera o de Poblenou de la ciudad condal.
Después de dar un paseo decidimos dirigirnos hacia el Capo Caccia. Al final de este trozo de tierra inmenso que es Cerdeña se encuentran las famosas Grutas de Neptuno. A estas se pueden llegar en barco desde Cerdeña, pero nosotros decidimos bajar y subir sus 654 escalones. Se puede ir en barco desde L'Alguer, pero ni de lejos tiene el encanto que hacerlo a pie. Las escaleras bajan en picado hacia la entrada a la gruta mientras contemplas la roca y el azul del mar. La sensación que tuvimos fue la de estar en el escenario de alguna película protagonizada por héroes griegos como Ulises o Aquiles, esperando que nos saliera algún cíclope en cualquier momento.
Si el descenso es impresionante, la gruta es alucinante, una orgía de estalactitas y estalagmitas a cual más grande y bonita, con diversas formas que un guía te va explicando. A pesar del precio vale mucho la pena visitarlas. Luego nos quedó la subida, pero en 15 minutos la acabas sin más problemas.
Aquí acabaron nuestros 3 días de escapada, un tiempo dónde descubrimos una isla maravillosa y a la que pensamos volver para descubrir sus pueblos con encanto y playas de ensueño. Días que nos sirvieron para desconectar, para ir a nuestro aire y poder tener sensaciones que el día a día te impide. ¡Eso si! seguramente lo mejor del viaje fue el abrazo de nuestros pequeños al día siguiente.
Estoy sorprendido de encontrar este blog. Quería daros las gracias por escribir esta maravilla. Sin duda he saboreado cada pedacito de ella. Os te tengo agregados para ver más cosas nuevas de este blog .
Muchas gracias
cualquier consulta aquí estamos :)
Sabes de algún restaurante para una cena romántica en el norte de cerdeña?
Hola Raúl
Sí, te voy a dar dos recomendaciones. Uno es el restaurante del hotel Baga Baga. con una terraza y vistas a Castelsardo. De los mejores sitios que he cenado en mi vida. La cocina es excelente.
El otro más íntimo y pequeño también está en Castelsardo. No recuerdo el nombre pero está en el casco antiguo del pueblo, encima de la muralla, tiene una parte cubierta y 3 o 4 mesas junto a la muralla con vistas al mar y velitas. Se come también de lujo.
Espero que te sirva y suerte con esa cena romántica! ;)
Saludos