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Morcote es una de las perlas, no sólo del lago Lugano si no de toda Suiza. Más cerca de las postales paradisíacas del Mediterráneo que de los pueblos típico alpinos suizos, este antiguo pueblo de pescadores se erige cómo un lugar vital y lleno de armonía, dónde sus apenas 750 habitantes se deben considerar muy afortunados por vivir en este lugar bendecido por la naturaleza y el sol.
No exageramos ni un ápice, cuando afirmamos que Morcote es un lugar de una belleza extraordinaria. Ya os avisamos que este es el clásico artículo dónde no hace falta escribir mucho y las imágenes hablan por si solas. ¿nos acompañáis?
Cómo llegar a Morcote
Morcote está situado al sur de Lugano, en el lago Ceresio o Lugano cómo se le conoce normalmente. Se puede llegar perfectamente desde Lugano en autobús postal o en coche ya que tan sólo está a 5 km.
Pero si queréis apreciar la belleza del pueblo en su máximo esplendor, entonces os recomendamos que lleguéis en alguno de los barcos que parten desde Lugano. Tardaréis algo más de media hora, pero aparte de poder disfrutar del trayecto, podréis ver la magnífica estampa de Morcote con el campanario de la iglesia alzándose hacia el cielo azul y las preciosas casas que hay junto al lago.
Visita a Morcote
Si vais con barco y queréis pasar todo el día en Morcote, tendréis que salir por la mañana y volver a primera hora de la tarde (horarios suizos). Nosotros fuimos en barco pero llegamos al mediodía así que tuvimos dos horas para visitar el pueblo. Fueron suficientes aunque no pudimos ver el jardín botánico del Parque Scherrer. Si vais con coche, no tendréis ese handicap e incluso podréis disfrutar de las terrazas y pabellones que hay junto al lago.
Paseo junto al lago (Lungolago Morcote)
Como cualquier localidad ribereña, Morcote tiene su paseo marítimo. En este caso es muy corto y pequeño, pero os aseguramos que sumamente bello y romántico.
Así que dedicad al menos un cuarto de hora a pasear entre sus pabellones y terrazas, dónde también podéis sentaros a tomar algo, mientras contempláis unas vistas de ensueño del lago y de las montañas que lo circundan.
Mientras tanto a vuestras espaldas las fachadas de las nobles casas lucen en todo su esplendor gracias al sol de la tarde. Si el sol aprieta mucho a estas horas, nada mejor que pasar bajo sus arcadas y cotillear entre las tiendas de souvenirs y las cartas de unos restaurantes que sugieren auténticos platos regionales.
En la estrecha calle que pasa entre los edificios y el lago podréis admirar otro tipo de bellezas en forma de coches deportivos y de época. Mala suerte tendréis si no veis algún Ferrari, Corvette o Lamborghini durante vuestra visita.
La iglesia de Santa María del Sasso y su cementerio
Después de ver el lungolago de Morcote, deberíais subir hacia la iglesia de Morcote. Os espera una buena subida por unas calles adoquinadas, pero la recompensa es celestial.
Incluso el camino es mágico, ya que a pesar que son quince minutos de subida, en seguida iréis ganando sublimes vistas del lago y de los tejados de Morcote.
Entre palmeras, olivos y alguna pequeña capilla alcanzaréis Santa María del Sasso, una bonita iglesia del s. XIII situada a 354 metros de altitud. Como todos los centros religiosos del cantón del Tesino, está decorada al estilo italiano y destaca por su blancura y luminosidad.
Desde su terraza las vistas del lago son inolvidables y dos columnas enmarcan una foto de postal.
Pero más espectacular y lleno de encanto (aunque parezca mentira) es su cementerio. Como todo Morcote, está asentado en la colina y está escalonado en diversas terrazas que van ganando altura progresivamente.
Es un cementerio digno de reyes. Con mausoleos y estatuas de piedra que llenan de espiritualidad y serenidad el lugar. Con las panorámicas del lago que hay desde aquí se pueden hacer fotos inmejorables.
Realmente no se nos ocurre un lugar mejor dónde enterrar a alguien. Dejaros llevar por sus diferentes niveles y entre tumbas y lápidas contemplad el azul del lago entre cipreses y palmeras.
Esperamos que os haya gustado y lo queráis compartir en vuestras redes sociales, pero sobre todo si estáis por la zona y visitáis Lugano, reservad un par de horas para Morcote. ¡No os arrepentiréis!
Lo conocí hace dos años y me enamore de Lugano, su gente, su clima, un pequeño paraiso y deliciosos hot dogs en la plaza de la Reforma horneados. Delicias de Lugano.
Hola Rosa
Muchas gracias por tu comentario y sobre todo por lo de los hotdogs. Nunca lo hubiera dicho… :) ahora ya lo sabe todo el mundo que lea el artículo.
Cualquier cosa que necesites me pones un mail e intentaré ayudarte.
Ciao!
Sergio