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Tossa de Mar es uno de esos pueblos únicos en Catalunya, gracias a su espectacular recinto amurallado a los pies de la Costa Brava y el Mediterráneo y es que en toda la Costa Brava podemos encontrar ejemplos de villas medievales maravillosas a escasos kilómetros de la costa pero no en el litoral mismo.
La silueta de las cinco magníficas torres y la muralla frente al mar es objeto de deseo de cualquier fotógrafo. El casco antiguo del pueblo situado en el interior de las murallas es sencillamente sensacional.
Por si fuera poco, Tossa de Mar es uno de los paraísos más auténticos de la Costa Brava con recónditas calas de aguas cristalinas y acantilados de pinos que llegan hasta el mismísimo mar. Éstas son ideales para practicar el buceo gracias a su rico fondo marino. Podéis reservar vuestro bautismo de buceo aquí.
Preparaos para descubrir los rincones más interesantes que ver en Tossa de Mar.
Cómo llegar a Tossa de Mar
Tossa de Mar está situada a poco más de 100 Km y a hora y cuarto desde Barcelona. La ruta más lógica es tomar la autopista AP-7 hasta la salida 9B. Desde aquí hay que continuar por la C-35 hasta la salida 94 y por último continuar por la carretera GI-681 hasta Tossa de Mar.
Para moveros por Tossa, tenéis que saber que Lloret de Mar está hacia el sur y Sant Feliu de Guíxols al norte. Una carretera une Sant Feliu con Blanes pasando por Tossa y tiene en muchos tramos, preciosos miradores al mar y algunas pequeñas zonas para dejar el coche, algo prácticamente imposible en verano, a no ser que llegues muy pronto. Desde esta carretera se puede acceder a calas de ensueño como Cala Pola o Cala Futadera.
Apartamentos en Tossa de Mar
Uno de los mejores lugares de la Costa Brava para pasar unas vacaciones en Tossa de Mar. Desde aquí podéis visitar algunos de los lugares más emblemáticos de este tramo de costa catalán y además estáis muy cerca de Barcelona, por si queréis visitarla, aunque con estas playas y calas os costará salir de aquí.
En Interhome podéis encontrar muchos apartamentos para pasar unas vacaciones de ensueño. En Tossa de Mar o en la vecina Lloret de Mar podéis reservar desde económicos apartamentos con piscina hasta villas para compartir con amigos y poder disfrutar de un poco de exclusividad, piscina privada o vistas del mar inolvidables. Y es que compartiendo podemos aspirar a lugares de ensueño que no podríamos solos. Esta foto es de nuestra villa durante cuatro días en el puente de San Juan. Si queréis podéis mirar la oferta de apartamentos y villas disponibles aquí
Qué ver en Tossa de Mar
En las siguientes líneas os indicaremos cuáles son los lugares más importantes qué ver en Tossa de Mar y lo haremos en forma de ruta para que os sea más fácil llevar un itinerario predeterminado, aunque el pueblo es fácil de recorrer y se puede hacer como se quiera.
El castillo de Tossa y la Vil·la Vella
Es indudable que todos llegamos atraídos por la imponente presencia de las torres y murallas de Tossa frente al mar, así que empezamos nuestra visita a Tossa de Mar caminando descalzos por la arena de la Platja Gran (Playa Grande), la espectacular playa dónde se asienta el recinto amurallado de Tossa de Mar. Mientras os acercáis al mismo no pararéis de hacer fotos de la playa y el mar con este magnifico telón de fondo.
Unas escaleras inician el ascenso hasta la puerta medieval que da entrada a la vila vella (ciudad antigua) dónde se respira Edad Media por los cuatro costados, aunque lo primero que nos encontraremos es una delicada estatua de la inmortal Ava Gadner, la actriz que protagonizó "El Holandés Errante" y que significó el boom turístico del pueblo allá a mediados del S.XX. Además vino acompañada de su marido, el no menos famoso Frank Sinatra, que en pleno ataque de celos se empeñó en acompañar a su bella mujer.
Si vamos bordeando el recinto, pasaremos por antiguos cañones rescatados de la cala que hay abajo y que toma su nombre de este hecho. Un poco más arriba nos encontraremos con los restos de la Iglesia de Sant Vicenç (s.XV) situada en un lugar magnífico y con buenas vistas de Lloret.
En lo alto de lo que fue el antiguo castillo está el Faro de Tossa de Mar, inaugurado en 1919 y que domina el Cap de Tossa y unas panorámicas magníficas hacia las calas del sur de Tossa.
De hecho si seguís caminando os encontraréis con un pequeño mirador, conocido como el Chalet. Desde aquí se pueden ver los acantilados de Es Codolar a Sa Boquera e incluso a lo lejos se divisa Blanes.
En este tramo de la muralla podemos asomarnos a ver la pintoresca cala d'Es Codolar, situada bajo las murallas de Tossa de Mar y bajo la imponente torre del mismo nombre o también conocida como la Torre del Homenaje.
En esta zona de la vila vella también está el museo municipal y diversas calles pavimentadas con guijarros y salpicadas de pequeños restaurantes y alguna tienda de artesanía y productos locales. Todo con mucho gusto y respeto hacia el carácter histórico de sus edificios.
De hecho en esta parte del recinto medieval iremos a salir a otra de las entradas del casco antiguo de Tossa: la torre de las horas que servía de protección al arco de entrada y daba paso al precioso patio de armas de la vila.
El barrio de la Roqueta y el centro comercial de Tossa de Mar
Si salimos por aquí podremos admirar el imponente grosor de las murallas y alguno de los mejores restaurantes de Tossa de Mar que ofrecen pescado fresco y platos tradicionales como el suculento Cim i Tomba
Y justo enfrente de las murallas y las terrazas de los restaurantes unas calles con casas blanca y multitud de plantas y flores nos anuncia el barrio de la Roqueta, el antiguo barrio marinero de Tossa de mar y un verdadero remanso de paz con restaurantes con mesas en la misma calle.
Son apenas cinco o seis calles que van a parar a la cala d'Es Codolar. Seguro que os encanta ya que una es uno los lugares con más encanto qué ver en Tossa de Mar.
El centro neurálgico de Tossa de Mar está lleno de tiendas, heladerías y restaurantes. Está justo detrás del paseo marítimo, pero no os asustéis, tiene bastante encanto y es la opción ideal para quién le gusta ir de compras en vacaciones.
Aquí encontraréis la Iglesia Parroquial de Sant Vicenç y también la coqueta capilla blanca de Mare de Déu dels Socors.
La platja Gran i la platja de la Mar Menuda
La playa gran de Tossa es una espectacular playa con el paseo marítimo detrás y las murallas y las torres de Tossa de Mar a la derecha. Un lugar único para bañarse. En uno de los extremos de la misma hay un aparcamiento de pago no demasiado grande.
Si queremos estar un poco más tranquilos podéis caminar en dirección contraria a las murallas, pasando por un mirador, fácilmente reconocible por la impresionante estatua de la diosa griega Atenea y desde podréis contemplar unas soberbias vistas de Tossa de Mar.
En pocos minutos llegáis al final del paseo marítimo y a la playa de la Mar Menuda, una preciosas playa que en su extremo norte tiene lo que se conoce como la "bañera de las mujeres" con muy poca profundidad e ideal para ir con niños pequeños. Las rocas con pinos junto a la arena dorada la convierten en un paraíso en pleno centro de Tossa de Mar.
Camino de Ronda entre playa de la Mar Menuda y Cala Futadera
Una de las cosas más bellas que hacer en Tossa de Mar es recorrer su camino de Ronda, en especial el tramo que va desde Tossa de Mar en dirección a Sant Feliu de Guixols. Pasaréis por un entorno típico de la Costa Brava, con acantilados y bosques de pinos y algunas de las calas más salvajes y bellas de la Costa Brava.
Apenas hay dificultad, aunque el terreno es irregular y se requiere un mínimo de condición física. Se puede ir con niños pequeños, pero depende de la edad conviene llevarlos de la mano, ya que aunque el camino no es para nada estrecho, hay que recordar que caminamos por un acantilado y los niños pequeños no pueden campar a sus anchas.
Las calas aquí descritas son casi imposibles de visitar en coche, ya que no hay aparcamientos habilitados (excepto en Cala Giverola) tan solo algunos apartaderos que hay junto a la carretera y el que apenas caben siete u ocho coches.
La ruta empieza en la playa de la Mar Menuda. Desde su parte trasera sale un camino que sube rápidamente por el acantilado. El camino se interna rápidamente en un bosque de pinos que hay en el mismo acantilado. No es nada complicado pero vigilad con las raíces de los árboles que brotan del suelo en un intento por agarrarse al irregular terreno.
Durante el camino pasaréis por debajo del mirador de Sant Jaume que está a pie de carretera. Podéis dejar el camino y subir hasta el mismo para poder admirar las inolvidables vistas de Tossa de Mar, con las murallas, las torres, la platja Gran y los acantilados por los cuales habéis pasado. ¡Llevad preparada la cámara de fotos o el móvil!
Cala Bona
Y poco después bordeando el acantilado y en una media hora desde el inicio llegaréis a Cala Bona, un lugar mágico y paradisiaco. No hay apartamentos, no hay pisos, tan solo la estructura de un chiringuito que se monta en temporada alta y alguna barca o pequeña lancha que fondea es un sus cristalinas aguas.
La cala no tiene arena apenas, es de roca blanca y es pequeñita, pero bañarse en sus aguas rodeado de peces es de los imprescindibles de Tossa.
Cala Pola
Si seguimos por el camino de ronda que bordea Cala Bona, llegaremos en otros 15 minutos a otro de los vergeles de la Costa Brava y una de sus playas más bellas. Estamos hablando de Cala Pola, una cala de tamaño medio, de aguas azul verdoso cristalinas, arena dorada y bosques de pinos que llegan hasta el mismo mar y que protegen ambos flancos de la playa.
Es un auténtico paraíso, especialmente si vais en meses fuera de temporada alta. Bañarte en esta maravilla en junio o en septiembre u octubre es algo que recordarás siempre.
Cabe decir que es uno de sus extremos está el resort de apartamentos Pola Giverola. Lo bueno es que están bastante integrados en el paisaje y no destrozan el encanto del lugar. Lo que está claro es que en temporada alta la mayoría de sus visitantes son los huéspedes de este resort, ya que aparcar por aquí es prácticamente imposible. Si deseáis alojaros junto a este exclusivo paraíso podéis hacerlo aquí.
Cala Giverola
Desde Cala Pola podéis subir en cinco minutos hasta el resort y continuar andando hasta encontrar una verja a la derecha con un camino que baja a Cala Giverola. Hasta aquí también se puede llegar en coche ya que hay un parquing de pago (muy caro) que se llena pronto en los meses de verano.
Esta playa es otro paraíso, con la particularidad que detrás hay un restaurante, pistas de tenis, un tobogán acuático, etc... aún así la belleza de lugar y la calidad de sus aguas está fuera de toda duda.
Además en su lado izquierdo hay un túnel que tras cruzarlo os permitirá descubrir Cala Giveroleta, una pequeña y aislada playa para los que prefieren entornos más salvajes.
Cala Futadera
La ruta por el camino de Ronda acaba aquí, pero si queréis descubrir otra playa salvaje y paradisiaca os aconsejamos salir de Cala Giverola por la carretera, dejar el parking atrás y caminar por la carretera durante diez minutos más hasta un apartadero que hay en la carretera. Aquí veréis unas columnas que marcan la entrada del camino que va hacia Cala Futadera. Si hacéis este tramo, os recomendamos que vayáis con cuidado ya que vais por el margen de una carretera estrecha. Si lo hacéis mejor que no sea en julio o agosto y sobre todo no ir con niños.
Una vez fuera de la carretera se llega muy rápido a Cala Futadera. Unos empinados escalones parten desde la esquina izquierda de una mansión. El descenso es apoteósico contemplando las aguas azules verdosas del mar y alguna lancha que fondea para disfrutar de esta maravilla de paisaje.
Además podréis contemplar la forma perfecta de la cala. Una vez abajo podréis disfrutar de una de las playas más bellas de la Costa Brava, sin casi nadie a tu alrededor y a salvo de carreteras, edificios u otras presencias humanas.
Desde nuestro punto de partida en Tossa hasta Cala Futadera hay aproximadamente una hora y media sin contar las paradas en las playas.
Visita Tossa de Mar
Tossa de Mar es un lugar maravilloso ya que lo tiene todo, un castillo con murallas y torreones único en Cataluña, por su privilegiada ubicación junto al mar, un barrio pescador que es una auténtica delicia, una zona comercial llena de vida y ambiente con muchas terrazas y restaurantes con una gastronomía de alta calidad, paseos románticos al anochecer junto y dentro del recinto amurallado, playas grandes y espaciosas que son una auténtica maravilla, calas paradisiacas para huir de la multitud.
Si además tenéis la suerte de visitar la localidad en mayo o junio o durante el otoño, podréis disfrutar de un lugar fantástico sin apenas gente a vuestro alrededor. ¡No os perdáis Tossa de Mar!
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