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El Glaciar Aletsch (Aletschgletscher) es el más largo de los Alpes con sus aproximadamente 24 Km de longitud. Es un espectáculo de la naturaleza que no se puede dejar de visitar si vas a Suiza. Como es habitual en este país, es accesible para todo el mundo, incluido familias que viajan con niños o bebés o para personas mayores.
En este apartado detallaremos el acceso a una de las mejores vistas del glaciar sin tener que caminar kilometro alguno. En otros apartados describiremos excursiones de montaña que tienen como estrella central el glaciar y su entorno.
Para contemplar esta maravilla natural tendremos que llegar al aparcamiento de Betten (1.203 m.), 13 Km al norte de Brig desde dónde parten teleféricos que te dejan en Bettmeralp (1.957 m.), un delicioso resort de montaña sin circulación de coches. El pueblecito tiene mucho encanto, típicamente suizo, con su pequeña y bella capilla blanca dedicada a María de las Nieves (Maria zum Schnee), tras la cual se alzan majestuosos algunos de las cimas más conocidas del Valais suizo. El espectáculo es excepcional, pero la verdadera estrella se encuentra más arriba, en el Eggishorn, una montaña de 2.927m desde dónde se obtienen una de las mejores vistas del glaciar. Para llegar aquí, hay que subir a la parte alta de Bettmeralp dónde encontramos el teleférico que que salva los casi 1.000 metros de desnivel hasta el punto de observación.
Una vez arriba el panorama es sensacional, la vista que se obtiene del glaciar es en plena curva, lo que aún realza más su belleza. Es posible adentrarse por las rocas y acercarse más a él. Además en uno de los lados del glaciar se encuentra el Aletschwald (bosque de Aletsch), un de los bosques de pino vírgenes más grandes de Europa. Como no, no puede faltar la típica terraza de altura dónde tomarte algo mientras contemplas el inmenso cuadro de crestas que está situado ante ti.
Antes de llegar al Egguishorn o a la vuelta podemos parar en el lago que hay justo por encima de la salida de los teléfericos. En entorno aquí es igualmente precioso, con los picos con sus nevadas cimas incluso en agosto al fondo y las laderas de hierba rodeando el lago. Algunos valientes se bañan en días calurosos de verano, aunque el agua no está precisamente caliente a 2.000 mts de altura.
Justo debajo del lago hay una pequeña cabaña de madera dónde tomarte algo y un parque, verdadero paraíso para los niños: inflables, zona de tierra con coches, tractores, etc... para que los niños disfruten en un entorno maravilloso. Todo esto es gratis. Es una de las prioridades del turismo suizo, los más pequeños y las familias.
Ya sólo nos queda volver a Bettmeralp para coger el teleférico que nos dejará otra vez en el aparcamiento de Betten, aunque antes podemos aprovechar para pasear por sus animadas calles y contemplar una vez más la capilla de María y sus vistas antes de partir.
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