Tabla de contenidos
- Ciudad medieval y bastión de la contrarreforma
- Qué ver en Friburgo
- Catedral de San Nicolás
- El funicular de Friburgo
- El barrio de Auge
- El Puente de Berna
- El barrio de La Planche
- Friburgo, una ciudad para paladear tranquilamente
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Friburgo (no confundir con su homónima alemana) es una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa. Frontera entre la Suiza germánica y la francesa, es hoy día un lugar de referencia para el "bon vivant" y para disfrutar de los placeres de la gastronomía suiza, gracias a los doce restaurantes que tienen estrellas Michelín o puntos Gault Millau
No es de las ciudades más visitadas de Suiza, pero os aseguramos que esto es bastante injusto, así que os recomendamos que le deis una oportunidad y es que además está muy cerca de una de las postales típicas del país helvético: el pueblo medieval de Gruyères.
Para los bolsillos más ajustados como el nuestro, es una pequeña ciudad llena de encanto, con calles empedradas, casas antiguas, pequeñas plazas de cuento y cientos de detalles que atestiguan su relevancia medieval.
Por si fuera poco, está situada en un magnífico entorno natural, gracias a su ubicación en un promontorio rocoso rodeada de bosques y flanqueada por el río Saane (Sarine)
Ciudad medieval y bastión de la contrarreforma
Desde su fundación en 1157 por la casa Zähringen, Friburgo ha ido pasando por varias manos como los Saboya, los Habsburgo y la confederación suiza. Posteriormente se erigió como baluarte del catolicismo y rival del protestantismo, con gran arraigo en la vecina Ginebra.
Este apego a la tradición y a las costumbres medievales hizo que vieran pasar de largo la modernidad y la industrialización, cosa que ha mantenido gran parte de su casco medieval intacto y con grandes dosis de encanto.
La construcción del ferrocarril a finales del s.XIX supuso la modernización de la ciudad, pero sin restar ni un ápice de belleza a su barrio bajo o medieval.
Qué ver en Friburgo
A continuación os detallamos algunos de los lugares más interesantes para visitar de Friburgo, que prácticamente se concentran todos en la parte de abajo, junto al río, dónde están las casas y plazas medievales.
De todas maneras al llegar probablemente lo hagáis por la parte alta de la ciudad, ya sea en coche o en tren. Desde aquí tendréis que ir bajando hacia la catedral y la parte baja y antigua de la ciudad.
Catedral de San Nicolás
El símbolo de la ciudad empezó a construirse en el año 1283 sobre la base de una primitiva iglesia románica que existía ya antes de la fundación de Friburgo. Está situada sobre un promontorio rocoso, cincuenta metros por encima del río Sarine y marca el inicio de la Friburgo medieval.
El edificio fue terminado entre los años 1430 y 1490 y es una combinación de estilos gótico y barroco. Incluso el arte moderno se ve representado en la catedral de Friburgo gracias al órgano o a las vidrieras, entre otros elementos.
Aparte de visitar su rico interior, os aconsejamos subir los 365 escalones que os llevarán a la azotea de la catedral, desde dónde podréis contemplar unas magníficas vistas 360º de Friburgo, y sobre todo apreciar el barrio medieval, y los puentes y meandros del río Sarine en todo su esplendor.
Además de los Prealpes friburgueses y las torres defensivas destaca el contraste entre el verde de los bosques y miles de árboles que pueblan la ciudad y los rojos tejados de las antiguas casas de Friburgo.
El funicular de Friburgo
Cabe mencionar este histórico funicular que data de 1899 y que es el único funicular del mundo que funciona con las aguas fecales. Sí, habéis oído bien. El Funi, cómo se le conoce cariñosamente, tiene una capacidad de 3.000 litros en cada uno de sus vagones y gracias a estas aguas residuales, es capaz de generar la energía suficiente para salvar la pequeña distancia entre la ciudad moderna y la ciudad medieval. Pero no os preocupéis que no notaréis ningún olor "extraño" que perturbe las magníficas vistas de la ciudad baja que se disfrutan desde la estación superior y desde el propio funicular.
El barrio de Auge
El funicular os dejará a los pies de este barrio, también conocido como la ciudad baja (Basse Ville). Estamos en la Friburgo originaria, donde nació la ciudad medieval y que mantiene su encanto y su origen prácticamente intacto.
Más de 200 fachadas góticas, fuentes que son auténticas filigranas, y con nombres tan poéticos como lealtad, fuerza y valentía, pintorescas plazas y calles empedradas que invitan a los visitantes a callejear y a curiosear. Quizás el lugar más emblemático del barrio sea la plaza del pequeño San Juan, un lugar maravilloso con la fuente de San Jorge en el centro, flanqueada por nobles edificios, una torre defensiva y parte de los bosques que envuelven a la ciudad.
El Puente de Berna
Justo al lado de la plaza del pequeño San Juan y salvando el giro más pronunciado del río Sarine, el puente de Berna se alza majestuosamente. Esta maravilla de madera luce cubierta de flores y tiene un gran parecido con el puente de la capilla de Lucerna, pero con mucha menos gente y seguramente con más encanto.
Cruzando el puente y a la derecha pasaréis por una puerta del s.XIII que sirve de acceso a les Gorges du Gottéron, un impresionante recorrido junto al río, a través de pasarelas y escaleras de madera.
El barrio de La Planche
Al oeste de Auge, entramos en los dominios de este barrio, cuyos elementos arquitectónicos más destacables, son el puente de Milieu, del s.XVII y sobre todo la plaza del granero, donde se levanta un espectacular edificio,en el cual se ubicaba el mercado del ganado.
Friburgo, una ciudad para paladear tranquilamente
Pero lo mejor que podéis hacer es andar por el margen del río y disfrutar de las vistas de la parte más alta de la ciudad y sobre todo de las panorámicas del río, con sus puentes y las torres defensivas de la ciudad.
Los más gourmets no se irán de Friburgo, sin probar la clásica fondue de quesos friburgueses con denominación de origen, como son el archiconocido Gruyères o el no menos delicioso Vacherin.
Es muy hermosa la ciudad de Friburgo. Tengo maravillosos recuerdos en febrero de 2017 . Tuve la dicha de vicitar la suissa y conocer este hermoso paraje con tanta historia antigua.
Hola Judit
Muchas gracias por tu comentario. Sí es una ciudad muy bonita y limpia. Ojalá puedas volver pronto
Ciao!
Sergio