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Visitar Cabo Sunion y el templo de Poseidón es cómo retroceder en la máquina del tiempo y vivir in situ esa edad antigua de los hombres, dónde dioses, templos, héroes y sacerdotes eran algo común y cotidiano. Es cierto que si la visita es en verano y al atardecer quizás no tengas esa sensación dado la gente que hay. Pero no sufrid mucho, al caer el sol, todas esas personas se convierten en siluetas y sombras, lo que aún le da más encanto al lugar si cabe.
El templo de Poseidón en Cabo Sunio es uno de los lugares imprescindibles que visitar en Grecia, por la sencillez y gran belleza del templo y el entorno, por su legendaria puesta de sol y porque además está a escasos 70 Km de Atenas y por tanto es ideal para visitar en coche o en una excursión contratada.
Cómo llegar a Cabo Sounion
Cómo comentábamos en el párrafo anterior se puede llegar desde Atenas en coche yendo hacia el sur y pasando por famosas playas del Ática como Glyfada o Voula. Apenas hay una hora de camino y el ir en tu propo vehículo te permite poder parar a hacer fotos en la fantástica carretera que pasa junto al mar.
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Nosotros alquilamos el coche porque íbamos a hacer una ruta por el Peloponeso y antes de hacerlo hicimos una noche en el Ática para ver Cabo Sounio y el Templo de Poseidón, pero si estáis en Atenas y no os queréis liar podéis contratar una excursión organizada. Os vienen a buscar al hotel de Atenas y se encargan de que paséis un día inolvidable.
Otra opción es coger un autobús público desde Atenas, pero tiene el inconveniente que no podréis ver la puesta de sol a no ser que hagáis noche en Cabo Sunion, ya que no hay frecuencias de vuelta por la tarde noche. Se cogen desde Atenas en la plaza de Egiptou, muy cerca del Museo Arqueológico
Un poco de historia
El templo de Poseidón se construyó en el año 444 a.C. y qué mejor sitio que este promontorio elevado del Cabo Sounio, para consagrarlo al dios del mar, Poseidón. Está hecho con mármol gris procedente de la cercana cantera de Agrileza.
De las 34 columnas originales quedan en pie 15, que aunque no llegan ni a la mitad, son muchas para un templo que tiene 2500 años de antigüedad. Son de estilo dórico, el estilo helénico más simple, alejado de las florituras del orden jónico o corintio, pero de una belleza indescriptible e inteligente, porque al tener menos estrías, esto hace que el desgaste por el paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas sea menor, más aun, dada su situación junto al mar.
No se sabe quién fue el arquitecto, pero se sospecha que fue el mismo que ideó el templo de Hefesto, en el Ágora antigua de Atenas. Si has visto éste, estarás de acuerdo con esta teoría, ya que tienen muchas similitudes.
El templo de Poseidón ha recibido visitas ilustres como la del poeta británico Lord Byron, que inició la detestable manía de muchos turistas de dejar grabado su nombre en las piedras. Actualmente hay vigilantes que impiden que nadie se acerque a las históricas columnas y piedras.
Aquí también cuenta la leyenda que el rey Egeo se suicidó, tirándose al mar, al pensar que su hijo Teseo no había sobrevivido a la prueba del labertinto del Minotauro. El rey, que dio nombre al mar, esperaba que su hijo izase las velas negras al volver. Esa era la señal para saber que estaba vivo, pero Teseo, feliz y contento por volver a ver a su amada, se le olvidó el detalle de las velas, y su padre no pudo esperar que atracasen y ver si salía su hijo del barco o no. Muy dramático, sí, pero si no, no tendríamos las tragedias griegas.
La visita al cabo Sounio y al templo de Poseidón
La llegada a Cabo Sunion es sublime gracias a la carretera que bordea el mar y en la cual seguro que iréis parando para hacer fotos antes de llegar. Antes de coger la carretera que sube al templo, podréis admirar una preciosa vista de la playa y del promontorio que se eleva 60 metros por encima del mar con el templo de Poseidón asomado a sus acantilados. La foto suele venir acompañada con un velero que surca las azules aguas del Egeo.
Tras unas curvas y una corta subida llegaréis a la entrada del recinto. Enfrente hay un café-restaurante con buenas vistas del templo, aunque algo lejanas.
La entrada cuesta 8 € y conviene llegar una hora antes de la puesta de sol para evitar colas y perderte así los diferentes momentos y colores del atardecer.
El templo es lo más significativo del yacimiento. También quedan los restos del templo de Atenea, pero nos engañemos, el objetivo de todos son las columnas dóricas y el deteriorado friso del templo de Poseidón.
Enfrente el mar Egeo y las cercanas islas de Egida y Kea que se pueden ver mientras el sol va tiñendo de rojo y naranja el cielo. Es sencillamente espectacular.
Hay que gente que se va hacia la parte del acantilado para ver la puesta de sol en el mar. Nosotros preferimos ponernos detrás del templo y ver como el atardecer iba oscureciéndolo hasta dejarlo en una silueta perfecta.
También hay gente que se pone en una pequeña colina que queda junto al restaurante y para la cual no hay que pagar. Las vistas también son muy buenas aunque más lejanas.
Justo cuando el sol se pone, los vigilantes del templo van avisando a todo el mundo que se va a cerrar la verja y que hay que salir. Sinceramente nos faltó media hora de paz y tranquilidad para disfrutar del ocaso en cabo Sunion.
Lo bueno es que bajando puedes parar un momento en el arcén de la carretera y hacer unas fotos espectaculares de las barcas y veleros surcando el mar Egeo. Es ese momento que el sol se ha puesto, el cielo es naranja y violeta y el mar está tan quieto que parece una piscina.
Eso y la vista del templo iluminado fueron la guinda a un pastel que tardaremos en olvidar.
Qué hacer más en la península del Ática
Está claro que el templo de Poseidón es el gran reclamo de esta zona, pero el sur de Atenas destaca por sus preciosas playas. Las más cercana a Atenas y el aeropuerto son las más concurridas.
Nosotros estuvimos alojados en Anavyssos y fue una maravilla. Sólo estuvimos una noche y nos fuimos con la sensación que nos podríamos haber quedado un par de días más.
Hay muchas playas con chiringuitos geniales y equipamiento como el que veis en la foto y que nos fue de lujo con los niños y otras más solitarias ideales para relajarse y bucear un rato.
Sin ir más lejos debajo del templo, hay un playa en la cual os podéis refrescar y al levantar la vista ver las majestuosas columnas dóricas del templo.
El propio trayecto hasta el cabo es precioso lleno de vistas del Egeo y de pequeñas capillitas, que reflejan el carácter religioso del pueblo griego.
La puesta de sol en el templo de Poseidón, en Cabo Sunion es algo que no puedes dejar de hacer en cualquier ruta a Grecia o en una visita de dos o tres días a Atenas.
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