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Qué ver en Atenas en dos días es el clásico artículo para los que hacen un viaje a Grecia por primera vez. Seguro que estaréis hartos de oir que Atenas no es muy bonita, que no le dediquéis más de un día o dos. Pues bien, debemos ser raros, pero a nosotros Atenas nos ha enamorado, nos ha parecido una ciudad auténtica y maravillosa, en gran parte gracias al Acrópolis.
Es cierto que es una ciudad y un país muy castigado por la crisis. Se nota en las fachadas de los edificios, en los equipamientos urbanos, etc... nos recordó un poco a la Barcelona pre-olímpica, pero precisamente esto le da más encanto aún. Y a pesar que el Acrópolis de Atenas atrae a muchos visitantes, no nos pareció una ciudad invadida por hordas de turistas ni con grandes aglomeraciones, pese a ir en agosto.
En las siguientes líneas os describiremos los lugares imprescindibles que visitar en Atenas así como el orden cronológico que seguimos para que podáis ver que es posible ver lo más importante de Atenas en menos de dos días, ey ¡con una siesta incluida!
Día 1 Llegada al apartamento y medio día de visita por Atenas
Nuestro vuelo salió de Barcelona a las 23h y llegó a Atenas sobre las 2:30. Entre traslado y check in nos acostamos alrededor de las 5 de la mañana, eso yendo con dos niños de 12 y 8 años. Por eso más que dos días, fueron día y medio, porque este primer día no salimos del apartamento hasta las 12 del mediodía y antes de las 20h ya estábamos en el mismo, dado las pocas horas que habíamos dormido.
Gracias a la situación del alojamiento, ya empezamos viendo preciosas vistas del Acrópolis desde la avenida que rodea todo el recinto, la calle Apostolou Pavlou. Sin duda es un buen sitio para empezar a hacer las primeras fotos del Partenón y demás templos del Acrópolis.
Vista del Acrópolis desde la Colina Filopapos
Fue lo primero que hicimos en Atenas. Justo al llegar dónde los buses turísticos empiezan sus recorridos por la ciudad, está la colina Filopapos, con una iglesia y un monumento bastante interesantes, pero sobre todo con unas vistas del Acrópolis sensacionales. Y todo por el módico precio de un corto ascenso de cinco minutos.
Si os preguntáis cuál es la mejor vista del Acrópolis de Atenas, no busquéis más.
Al bajar de la colina, seguís por el anillo que rodea el Acrópolis y por la calle Dionysiou Areopagitou. Si seguís recto, pasaréis por el museo del Acrópolis y un poco más adelante, por la puerta de Adriano.
Puerta de Adriano y Templo de Zeus Olímpico.
Tras cruzar la Puerta de Adriano, visitamos el Templo de Zeus Olímpico, que impresiona por su tamaño, no en vano fue el más grande durante las épocas helenística y romana.
Actualmente aguantan en pie 15 columnas. Hay también una el suelo, derribada por un vendaval. Una de sus características principales es que las columnas son corintias.
Es increíblemente bello y desde aquí se puede admirar también el Acrópolis y la colina Liccabetus. Cuesta poco imaginar la majestuosidad de lugar cuando estaban en pie las 104 columnas del templo.
Precio 12€.
Los jardines Nacionales y el Zappeio
Para ir del templo de Zeus a la plaza Syntagma cruzamos el fantástico Jardín Nacional de Atenas, un remanso de paz y sombras ideales para olvidarse por un rato de turistas y calor, dos de los elementos más característicos de Atenas en agosto.
El lugar está dominado por el precioso edificio del Zappeio, su fachada de color pastel es preciosa y ha sido testigo de diferentes acontecimientos históricos. Actualmente se usa para conferencias y exposiciones.
Al salir del jardín, no os olvidéis visitar la fuente de las tortugas, un encantador rincón dónde estos animales nadan felizmente y que sin duda hará las delicias de los que vayáis con niños.
Plaza Syntagma y cambio de guardia
Desde Zappeio fuimos hacia el Parlamento griego. Aquí tiene lugar cada día y cada hora el cambio de guardia de los soldados griegos que custodian la tumba del soldado desconocido. Los militares ataviados con un tradicional y pintoresco traje realizan una serie de pasos muy pausados y estudiados bajo el abrasador sol de agosto.
Calle Ermou, Catedral de Atenas y el barrio del Plaka
Desde aquí bajamos por la plaza Syntagma, una plaza moderna y sin ningún interés especial y cogimos la conocida calle Ermou, que tampoco tiene mucho interés más allá que veréis todas las grandes marcas de moda y ocio que podéis encontrar en cualquier ciudad europea.
En una calle adyacente podréis admirar la poco conocida pero bellísima catedral de Atenas y la plaza dónde se ubica, con su suelo pulido y reluciente que arranca destellos de los rayos de sol.
Si continuáis por la calle Ermou llegaréis a una pequeña plaza con una iglesia bizantina, ahora ortodoxa, que es una verdadera joya y una belleza aislada entre edificios modernos y sin ningún interés.
Las fuerzas empezaban a flaquear debido al cansancio del viaje y cruzamos el famoso del barrio del Plaka y la plaza Monastiraki deseando descansar para poderlo ver con calma al día siguiente.
Día 2 Atenas a tope incluyendo visita al Acrópolis y hasta una siesta en el apartamento
El primer día a pesar de ver cosas fue un poco de ubicarse en la ciudad y de no desfondarnos para estar en forma al día siguiente, el día del Acrópolis. Descansamos bien para levantarnos pronto y llegar a primera hora a la famosa colina y así evitar calor y gente.
Acrópolis de Atenas y colina de Aeropago
Nuestra visita al acrópolis empezó por la entrada que está enfrente del museo y lo primero que vimos fue el Teatro de Dionisios, el recinto más grande de la antigüedad con capacidad para 17.000 espectadores.
Sin tiempo a saborear los restos del teatro seguimos subiendo y bordeando hasta llegar a su parte más alta, el majestuoso Odeón de Hérodes Ático, construido en el s.I a.C para escuchar audiciones de música.
Y entre columnas y restos de templos y edificios helénicos llegaremos a las puertas de entrada del Acrópolis, los famosos Propileos, que con sus seis columnas dóricas y su techo de mármol ya nos dan una idea de la legendaria belleza del Acrópolis de Atenas.
Y justo antes de cruzar las puertas, podremos admirar el pequeño pero coqueto templo de Atenea Niké, (la victoriosa), construído en el año 427-424 a.C. para conmemorar la victoria de los atenienses en sus guerras contra los persas.
Tras cruzar los Propileos, nuestros pies pisaron el sagrado terreno de la Acrópolis y nuestra mirada se dirigió irremediablemente hacia el Erecteion, famoso por albergar las Caríatides. El pórtico tiene seis columnas en forma de doncellas, aunque las que se ven aquí son copias, ya que las originales están en el museo de la Acrópolis, salvo una que está en el British Museum en Londres. Da igual que sean copias, os aseguramos que lucen muy bien y no pararéis de hacer fotos.
Y justo enfrente nos encontramos el Partenón, una de las maravillas de la Humanidad, con sus columnas dóricas como máximo exponente. Perdió el techo de mármol en el año 1687, en una explosión durante la guerra greco-turca y obviamente no hay rastro de lo que debió ser la imponente estatua de Atenea, quince metros de oro y marfil realizada por el gran escultor de la Grecia antigua, Fidias.
Aún así su porte es impresionante y si nos hacéis caso y vais pronto por la mañana, podréis hacer fotos muy dignas de semejante obra del ser humano.
Al fondo del recinto, hay un mirador con la bandera griega que te permite hacer también buenas fotos pero ya con más gente delante. La visita se puede hacer tranquilamente en hora y media- dos horas.
Al salir podéis ir hacia la colina del Aeropago, que tiene también buenas vistas del Acrópolis.
Barrio de Anafiotika
Tras la experiencia inolvidable de ver el Partenón bajamos hacia el barrio Anafiotika. Está justo por debajo del Acrópolis, a la altura del museo y sorprende porque apenas hay nadie y por la belleza de sus casas con ventanas y puertas azules más propias de una isla griega que de la capital de Grecia. De hecho las casas fueron construidas por albañiles de la isla de Anafi, en lo que no deja de ser una isla sin mar.
Museo del Acrópolis
Acto seguido nos fuimos a visitar el museo del Acrópolis. Realmente fuimos porque las Cariátides originales están aquí, aparte de muchas estatuas, frisos y otros objetos que se han encontrado en las diferentes excavaciones que se han llevado a cabo en la montaña sagrada.
Además os podéis tomar algo en la terraza exterior, con una panorámica excepcional de la Acrópolis.
Ágora antigua: Stoa de Atalos y templo de Hefesto
Con muchas horas perdidas de sueño y la peor hora del día encima, decidimos volver al apartamento. Nos quedamos dormidos al instante, derrotados por tantas emociones vividas.
A media tarde y ya muchos descansados nos fuimos a visitar el Ágora Antigua, epícentro de la ciudad que hacía las funciones de mercado de Atenas y de centro de reunión de sus habitantes. Este yacimiento tiene dos atractivos principales: el templo de Hefesto y la Stoa de Atalos.
El primero es el mejor conservado de la Grecia antigua. Se cree que fue diseñado por el mismo arquitecto que creó el fantástico templo de Poseidon en Cabo Sunión.
La Stoa de Atalos fue levantada piedra a piedra por el Escuela Americana de Estudios Clásicos de Atenas entre 1953 y 1956. El portal helenístico, es por tanto, una reconstrucción que tiene sus detractores y sus admiradores. Nosotros somos de los segundos. El monumento es majestuoso y recrea de una manera increíble la vida en la Grecia clásica.
Su galería columnada de estilo dórico es una maravilla y pasear entre sus estatuas debería ser algo obligatorio para cualquier visitante que desee conocer la historia de Atenas.
Ágora romana, Biblioteca de Adriano y Plaza Monastiraki
El Ágora romana está muy cerca del Ágora antigua y es fácil distinguirla ya que allí se encuentra la torre de los vientos, una espectacular torre de mármol que se conserva especialmente bien. Sus ocho caras representan los ocho vientos y tiene un friso decorativo que representa a los mismos, entre ellos a Boreas, el temido viento del norte.
Nosotros lo vimos desde fuera ya que no nos dio tiempo, al igual que la espectacular biblioteca de Adriano, muy cerca de las dos ágoras. También la vimos desde la calle
Por último y paseando entre el Plaka, volvimos a visitar la Plaza Monastiraki, emblema de Atenas, y que al anochecer es especialmente bella, eso sí está llena de turistas y vendedores ambulantes que hacen que no te quedes mucho rato, en lo que seguramente en su día fue un lugar encantador.
Y para cenar os recomendamos cenar en la parte alta del Plaka. Hay mucha menos gente y los restaurantes tienen preciosas terrazas en la calle, con flores y tenue iluminación que ha la hacen ideal para disfrutar de la noche ateniense.
Apartamento barato en Atenas
Y además bien ubicado. Si usáis booking y queréis estar bien situados y cerca de los principales lugares de interés, entre ellos el Acrópolis, lo normal es que hagáis una búsqueda filtrando por barrio y eligiendo Plaka, que es la parte de la ciudad que queda justo debajo de la montaña sagrada. Otra zona muy recomendada para estar bien ubicado es Syntagma, aunque para nosotros tiene menos encanto al estar ubicados los hoteles y apartamentos en zonas más comerciales y modernas.
Nosotros encontramos casi por casualidad el barrio perfecto, Thisseio que está muy cerca de Plaka y que tiene segurmente las mejores vistas del Acrópolis, como podéis ver en la siguiente foto, tomada desde nuestra terraza. (Recomendamos llevar un zoom)
El apartamento era de una habitación y sofá cama (menos de 40 m2) y con una cocina que apenas usamos, dado que es muy barato comer en Grecia.
Al entrar en nuestra habitación pensé que tenía un bonito cuadro del Acrópolis encima de la cama, cuando me di cuenta que era una espectacular ventana con una panorámica excepcional del Acrópolis iluminado. Además, el armario de enfrente de la cama tiene las puertas de cristal, lo que me hacía ver continuamente el maravilloso monumento ateniense.
La terraza tiene el mismo tamaño que el apartamento y tenía unas vistas tan bellas, especialmente al atardecer que los días volvimos para poder tomar algo o cenar en el apartamento mientras contemplábamos la cuna de Europa.
Si queréis más información podéis preguntarnos o reservar directamente desde aquí
Consejos para visitar Atenas en poco tiempo
Apenas estuvimos 48 horas, pero fueron más que suficientes para darnos cuenta que Atenas merece ser degustada con calma, así que si podéis dedicad al menos un par de días más que os servirán para empaparos de esta magnífica ciudad.
Nada más llegar al aeropuerto coged uno de los mapas que de la ciudad. Son gratuitos y muy claros con las principales atracciones turísticas marcadas en el mismo.
Con pocas horas para visitar la ciudad es ideal contratar alguno de los tours gratuitos por la ciudad o incluso visitas guiadas por el Acrópolis.
Obviamente si vais pocos días buscad una zona céntrica para no perder el tiempo en traslados. Plaka es el mejor barrio ya que es el que queda justo por debajo del Acrópolis. Syntagma también está muy bien situado , aunque está en una zona comercial y con menos encanto. El que casi nunca nadie nombra es Thisseio, que también está bien ubicado, es más barato y tiene geniales vistas del Acrópolis, como fue el caso de nuestro apartamento. Estaba tan bien situado que hasta nos permitimos el lujo de hacer una siesta el segundo día.
El Acrópolis es una maravilla. Si lo queréis fotografiar sin agobios id a primera hora. Parece una perogrullada, pero informaros del horario y estar allí los primeros. En agosto abrían a las 8 de la mañana. Media hora más tarde estábamos allí. Ya había gente, pero pudimos hacer fotos con cierta comodidad y evitar las horas de máxima calor. Es el clásico ejemplo de que a veces vale la pena madrugar.
Nosotros nos alojamos en apartamento, pero no usamos la cocina. La comida es tan barata y hay tantos sitios para elegir un gyros o un souvlaki, que nos salía más a cuenta que ir al super y perder tiempo cocinando y recogiendo.
Si vais a hotel no cojáis media pensión ni pensión completa. Disfrutar de los cientos de tabernas que hay en el barrio de Plaka que os permitirán probar las delicias griegas por poco dinero.
Y por último mucho ojo con los vuelos nocturnos. Nosotros nos equivocamos al ahorrar unos euros en uno de estos vuelos. Esto hizo que llegaramos a Atenas de madrugada pero tuvimos que pagar una noche más, con lo cual empezamos más cansados y pagando una noche de apartamento más para dormir apenas cuatro o cinco horas, cosa que no compensó el ahorro del precio de los vuelos.
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