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La ruta de los castillos del Rey Loco es una de las atracciones turísticas de Alemania pero la primera vez que vi Neuschwanstein fue en un bar, pero aún así me impactó mucho. Esta encantadora fotografía, por contra, estaba situada en un lugar nada idílico: una máquina expendedora de tabaco. Me quedé embelesado por aquella imagen que parecía sacada de un cuento de hadas. Desde entonces fue un sueño viajero que por suerte pude hacer realidad. Además gracias a este palacio pude descubrir una de las joyas de los castillos del Rey Loco, Linderhof y su precioso y encantador palacio.
Este castillo y otros que se construyeron en la segunda mitad del siglo XIX son obra de Luis II de Baviera, conocido como el Rey loco.
Luis de Wittelsbach nació en agosto de 1845 en el seno de la família real de Baviera. Desde siempre fue un joven sensible y consentido, con una afición fuera de lo normal por lo estético y lo artístico, espíritu que le hizo alejarse de los problemas políticos y sociales de la Corte y del Estado. Fruto de este amor por el arte, es su pasión por la música de Richard Wagner del que fue mecenas, y la construcción de los castillos más increíbles y bellos que se pueden admirar hoy en día en el mundo.
¿Cuáles son los castillos del Rey Loco?
La ruta que nos lleva por los castillos del Rey Loco es fácil de realizar y salvo uno, los castillos están muy cerca. Neuschwanstein, Hohenschwangau yLinderhof están muy próximos y sólo Herrenchiemsee está a más de dos horas de estos, muy cerca ya de Salzburgo.
Lo lógico es empezar por Füssen, la hermosa localidad alpina que podríamos considerar como la puerta de entrada a los sueños wagnerianos de Luis II reflejados en el castillo de Neuschwanstein.
Hohenschwangau y Neuschwanstein están uno enfrente del otro, y las entradas se adquieren delante del primer castillo, luego hay que ir subiendo aproximadamente media hora hasta llegar a Neuschwanstein a no se que queramos ir cómodamente instalados en un carro de caballos. Los precios son altos 12€ por castillo y 23€ el ticket combinado para los dos.
Hohenschwangau (literalmente Castillo del Gran Condado del Cisne) tiene sus orígenes en el siglo XII bajo el mandato de los señores de Schwangau. Con el paso de los siglos y las guerras quedó abandonado hasta que en la primera mitad del s.XIX el padre de nuestro protagonista lo compró. En él fue dónde pasó sus años de infancia y adolescencia.
El castillo está situado en lo alto de una colina, rodeado de un paisaje de ensueño y lagos como el Alpsee. Este panorama fue un factor decisivo en el carácter del pequeño Luis. Sus estancias decoradas con todo tipo de objetos de gran valor representan un paseo hacia el lujo que caracterizaba a la nobleza de hace dos siglos. En ellas se pueden ver cuadros de los héroes y leyendas germanas como Lohengrin, que fueron inspiración continua para el Rey Loco y para su protegido, el genial y famoso Richard Wagner.
Neuschwanstein es el castillo soñado por Luis II desde su ventana del castillo de Hohenschwangau y por ello lo mandó construir en 1869. Su bella silueta sirvió de inspiración para el castillo de la Bella Durmiente de Disney.
Si el castillo dónde residió en su infancia es una delicia, su primera obra no deja indiferente a nadie. Pasear por sus alcobas, es adentrarse en el maravilloso, delicado, romántico a la par que atormentado mundo del Rey Loco.
A tres cuartos de hora de estos dos castillos, se encuentra el castillo de Linderhof. Es el único de los tres palacios totalmente finalizado y está construido en un antigua propiedad del padre del rey. Para mí es el más encantador, no hay tanta gente y sobretodo porque tiene otros puntos de interés como el sorprendente quiosco morisco, la cabaña de caza y la fabulosa gruta de Venus, construida expresamente para que el rey pudiera admirar la ópera favorita de Wagner, Tannhäuser.
El último castillo de Luis II fue Herrenchiemsee, en la isla del mismo nombre que está en el lago Chiemsee, el mar bávaro. El castillo es una copia inacabada de Versalles, ya que el rey se quedó sin fondos y además murió durante su construcción. Si has estado en Versalles, verás que es muy parecido tanto en su diseño como en los jardines y fuentes que lo rodean. La galería de los espejos se asemeja muchísimo a la del palacio de Versalles y es simplemente soberbia, tanto que incluso es más larga que la del símbolo del absolutismo francés.
La muerte del rey loco
Durante toda la ruta en coche por los castillos del Rey Loco, no dejas de pensar en este personaje que vivió ajeno a la realidad del momento y de su cargo, te acompaña durante todo el camino y eso provoca que te adentres más en su mágico y onírico mundo.
El rey murió ahogado en el lago de Starnberg junto a su médico y todo apunta a que fue asesinado debido a su débil carácter para reinar y al poco gusto que tenía por la guerra, algo que chocaba mucho con el bélico carácter de sus paisanos en aquella época.
Resulta curioso que este rey tan denostado y vilipendiado por sus súbditos haya sido el artífice de uno de los motores turísticos de Baviera y se haya convertido en un personaje célebre para sus descendientes.
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Creo que uno de los mayores motivos de que ver volver por Alemania, es incluir esta visita desde una teórica escapada a Munich. Me encanta el lugar y como seguidor de las pelis Disney, hay que ver el original ¿verdad?
Un fuerte abrazo y buena entrada de año :D
Hola!
Es la excusa perfecta. Yo le prometí a mi hija que la llevaría a ver el castillo de Sisí, pero me volvería loco ir en pleno enero o febrero. Todo nevado tiene que ser mágico!!!
Un abrazo y arrasad en Budapest!!! ;)
Me encantaria volver a Munchen, a visitar los Museos, pero mas me interesaria conocer los castillos de la ruta del Rey Loco, pues ni tan loco, solo que no estaba a tono con la realidad belica de ese momento, y el veia las cosas diferentes, ni tan loco porque para poder construir sus proyectos tuvo que sacar el dinero de las arcas de la nacion. Y como el mismo se decia ser no estoy loco solo me consideron un ser con una hipersensiblidad. Otra ruta seria interesante es la Ruta de la Selva Negra.
Hola Monika
Gracias por visitarnos!
Pues muy de acuerdo contigo. En una época en que los hombres ansiaban matarse y eso digno de orgullo, que alguien se interesase por el arte, la música y no fuese un asesino era no estar muy bien de la cabeza.
Ahora Baviera es lo que es en parte gracias a su «rey loco»
Un abrazo!