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Pyrgos, Megalochori y Emporio son tres pequeños pueblos de Santorini y desde los cuales no hay vistas a la famosa caldera. Todos hemos visto alguna vez, seguramente en Instagram o algún programa de viajes, fotos impresionantes de los pueblos de casas blancas asomadas al acantilado, las tradicionales iglesias ortodoxas con cúpulas azules y los increíbles hoteles y villas excavados en la roca, con piscinas de borde infinito y unas panorámicas del cráter inolvidables. Pero más allá de estas imágenes espectaculares, hay una Santorini, mucho menos masificada y mucho más auténtica, dónde podréis disfrutar de la genuina vida de los habitantes de sus pueblos.
En nuestra guía de Santorini podéis encontrar información sobre estos pueblos y sobre los famosos Oia y Fira, así como otros rincones dignos de ver en la isla. Consigue tu guía de Santorini
Dónde están Pyrgos, Megalochori y Emporio
Si visitáis Santorini un par de días, lo más lógico y normal es disfrutar de Oia y Fira, los dos pueblos más famosos de la isla y cuya espectacularidad está fuera de toda duda. Ambos se encuentran en la mitad norte de la isla. Los pueblos que os recomendaremos a continuación están situados en la mitad sur y son ideales para visitar en un día o incluso en dos combinándolos con algunas de las mejores playas de la isla que se encuentran en su parte más meridional.
Los pueblos están muy cerca de Fira, la capital de Santorini, así que es fácil llegar desde aquí en coche, quad, moto o incluso autobús.
Pyrgos
De los tres, es el que está más cerca de Fira, ya que sólo lo separan 5 Km de la capital y apenas 10 minutos en coche. El pueblo está situado al abrigo del Monte Profiti Elias a 567 metros de altitud, punto más alto de la isla y dónde se puede visitar un antiguo monasterio clandestino griego y el mirador que abarca toda la isla.
La antigua capital de Santorini rebosa paz y tranquilidad nada más entrar en ella. Lo primero que te hace ser consciente que Pyrgos no es como Oia o Fira, es ver el café del pueblo, dónde abuelos griegos y otras personas juegan a cartas al abrigo de las sombra de un árbol centenario e inundan las primeras horas de la mañana con sus risas y chanzas.
En cuanto al pueblo, la arquitectura es muy parecida a la de Oia o Fira, es decir casas encaladas de blanco, al estilo de las islas Cícladas, pero más sensible al paso del tiempo, cómo si no estuviese recién pintado. Sigue siendo bonito, pero a pesar de que no deslumbra como en los pueblos de la caldera, si te indica que en Pyrgos vive gente de toda la vida y que el turismo no es su única forma de vida.
Mientras tanto se trata de ir subiendo hacia la parte alta del pueblo en un laberinto de calles dónde lo mejor es dejarse llevar y descubrir los secretos y rincones con encanto al mismo tiempo que ves un burro aparcado en la puerta de una casa, gatos que remolonean y que se sienten dueños de su territorio, puertas azules que contrastan con el blanco de las casas y cómo no iglesias ortodoxas en múltiples rincones del pueblo.
De hecho hay más de 30 y se dice que en Pyrgos hay más iglesias que casas.
Arriba del todo está el antiguo fuerte veneciano, del cuál sólo quedan las ruinas, pero desde el cual hay muy buenas vistas de Pyrgos y sobre todo de Fira y sus casas blancas asomándose al acantilado y del sur de la isla.
Pyrgos también es la sede de la famosa bodega Santo Wines, que producen el afamado Vinosanto. Una de las actividades estrellas de la isla es reservar una cata privada de este excelente caldo en un lugar incomparable y con unas vistas de ensueño a la caldera de Santorini.
Megalochori
Este pueblo se anuncia en las inmediaciones como "traditional village" Normalmente hay que huir de este tipo de anuncios, porque la realidad suele ser contraria a lo prometido, pero en este caso os aseguramos que es pintoresco, que es rematadamente bello y que seguramente sea la joya secreta de Santorini.
Afortunadamente no hicimos caso a nuestros instintos y nos decidimos a darle una oportunidad a este pequeño pueblo de 600 habitantes. El centro urbano del pueblo no tiene playa, pero si que hay un par a las que sólo se puede acceder en barco o bien andando por un sendero.
Megalochori se resume en tres colores: blanco deslumbrante de sus casas, azul de su cielo, cúpulas de iglesias y puertas de casas y rosa de sus innumerables bungavillas que trepan por casas y campanarios.
El elemento más famoso del pueblo es su campanario, la Tower Bell de color blanco, con seis campanas, y flanqueada por la iglesia Panagia Eisodion, dónde se guardan las miniaturas de los 365 santos de la iglesia ortodoxa.
Tras pasar por debajo del campanario, podéis sentaros a tomar algo en la plaza central, dónde hay algunas terrazas y bodegas de vinos. Precisamente Megalochori acoge varias de las más afamadas bodegas de Santorini, como por ejemplo Boutaris o Gavalas y que organizan catas de vinos.
Tras estas visitas lo ideal es perderse por sus callejuelas con sus casas blancas y puertas azules. Son del mismo estilo de las islas Cícladas pero con un acentuado estilo neoclásico que aún realza más su belleza. Así podéis llegar tranquilamente hasta la Iglesia Agia Anárgi, totalmente blanca y de gran belleza.
Despuntando de los tejados del pueblo veréis innumerables cúpulas azules que os recordarán constantemente que estáis en una isla única como Santorini.
Desde la zona alta de la anterior iglesia y muy cerca del aparcamiento también tenéis preciosas vistas de una iglesia rural, Agia Paraskevi, con su clásica cúpula azul y con un campanario amarillo y blanco, algo bastante inusual en la isla.
Así pues, os recomedamos hacer caso de los carteles turísticos y darle una oportunidad a Megalochori, porque además de su belleza, increíblemente hay muy pocos turistas, lo que la hace aún más encantadora.
Emporio
El último pueblo de este trío de bellezas es Emporio y que curiosamente es el más habitado de la isla con 3000 habitantes y 12 Km al sur de Fira.
Es ideal para combinar con una visita a las playas de Perissa, seguramente las mejores de la isla. El pueblo en sí es un laberinto de calles medievales, en las cuales apenas caben dos personas a lo ancho. Casas blancas con puertas de colores, pequeñas escaleras para alcanzar las puertas, puentes entre casas y arcos que parecen sacados de la imaginación de algún pintor romántico.
Los que han visitado este hermoso pueblo lo comparan con el pueblo ficticio de Tatooine, famoso por salir en la saga Star Wars.
Como siempre en este tipo de pueblos, lo mejor es dejarse llevar, sin mapa y subir hacia lo alto del pueblo, desde dónde podréis tener una soberbia panorámica de Emporio y sus tejados en una especie de terraza que hay y que también tiene el campanario de una preciosa iglesia ortodoxa.
Vale mucho la pena pasear sin apenas gente por sus callecitas, dónde las tiendas de artesanía se ubican prácticamente en la calle y dónde los gatos se dejan acariciar por los pocos turistas que hay.
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