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Midelburgo es la principal ciudad de la provincia holandesa de Zelanda, situada en el sur del país y limítrofe con la región de Flandes, en la vecina Bélgica. La región de Zelanda es prácticamente un conjunto de islas unidas a tierra por una estrecha franja de tierra.
Desde tiempo inmemoriales la región ha sido testigo de la lucha del hombre por sobreponerse a las inundaciones y al mar del Norte, que hace que este territorio esté mayoritariamente por debajo del nivel del mar. Tras la gran inundación de mediados del siglo XX, se puso en marcha el faraónico Plan Delta, un ambicioso proyecto, mediante el cual se construyeron presas, túneles y diques, que han mantenido a raya el agua, para alivio de sus habitantes.
Realmente es espectacular circular por estas carreteras, dónde el agua está presente en todas partes y esto es palpable para llegar hasta Midelburgo o Middelburg en holandés, una pequeña ciudad que no llega a 50.000 habitantes, pero que tiene un encanto y una historia muy destacables.
Historia de Midelburgo
Midelburgo fue fundada entre los siglos VIII y IX y ya en el año 844 se fundó una espectacular abadía que visitaremos más adelante. Middelburg era uno de los tres ejes defensivos de la isla de Walcheren contra las incursiones vikingas que asolaban la región durante aquellos años.
En 1572 la ciudad estaba en manos de los españoles, que fueron derrotados por los rebeldes holandeses y que liberaron la ciudad en 1573 tras el asedio. A partir de aquí llega el siglo de oro de la ciudad y de todo el país, con el auge de la Compañía de las Indias Orientales, que tuvo una de sus bases en esta ciudad de Zelanda. El enriquecimiento que trajo el comercio y la actividad industrial se ha mantenido hasta nuestros días gracias a las fastuosas mansiones que se construyeron en la ciudad o a los almacenes que se edificaron junto al canal de Midelburgo y que servía para transportar las mercancías.
Middelburg fue destruida en gran parte durante la invasión nazi de la II Guerra mundial. Tras la guerra, conscientes del valor histórico de la ciudad, fue reconstruida siguiendo el modelo original.
Dónde está Midelburgo
Middelburg está en el suroeste de los Países Bajos, en la isla de Walcheren. Es una zona que no queda accesible desde Amsterdam. Si viajáis en coche desde la capital, tenéis aproximadamente dos horas y media de camino, así que no es un lugar de paso habitual para los que viajan al norte de Holanda.
La visita a Middelburg
Tras aparcar gratuitamente el coche en una calle residencial a apenas cinco minutos del centro histórico, nos dirigimos hacia el corazón de la ciudad.
La abadía de Midelburgo es el primer edificio que nos dejará boquiabiertos, por su grandeza y belleza. Construida en el año 844, es un conjunto de edificios de ladrillo con estilizadas torres y espigados tejados de pizarra azul. En el centro del recinto hay una plaza con unos enormes robles, dónde se respira una tranquilidad apabullante.
Aunque actualmente es la sede del gobierno provincial de Zelanda, por momentos parece que estés en un decorado de alguna película de Harry Potter.
Seguiremos nuestro camino, pasando a través de arco y preparados para admirar las dos iglesias de la ciudad: la Nieuwe Kerk y la Koor Kerk. Entre ellas se alza majestuosa una torre octogonal que se llama Lange Jan (Juan el largo) apodada así cariñosamente por los habitantes de la ciudad.
Desde sus 90 metros de altitud se tienen preciosas vistas de la ciudad y sobre todo de la misma abadía.
Saliendo de este conjunto religioso, podremos apreciar la forma laberíntica de Midelburgo y cómo se configura en círculos concéntricos desde la iglesia, una disposición clásica de las ciudades medievales.
A través de calles empedradas, con preciosos edificios de estilo holandés que albergan gran cantidad de anticuarios, galerías de arte y terrazas, llegaremos a la plaza del Ayuntamiento, dónde podremos admirar el magnífico edificio de estilo gótico flamígero o tardío que acoge el gobierno local de la ciudad.
La plaza de planta rectangular es muy grande y de gran belleza, gracias al ayuntamiento y a las fantásticas casas que hay. Un espacio lleno de peatones, gente en bicicleta y sobre todo terrazas dónde poder descansar y tomar algo.
Nosotros aprovechamos la ocasión para comer unos deliciosos poffertjes con chocolate y es que a los niños les volvían locos. Así ellos disfrutaron de una merienda genial y nosotros pudimos admirar y fotografiar la belleza de la plaza.
Aunque la abadía y el Ayuntamiento son los monumentos más importantes de Middelburg, vale la pena visitar también el Kloveniersdoelen, un magnífico edificio estilo renacentista flamígero, que fue sede los arcabuceros. Otra construcción igualmente bonita es el palacio renacentista de Sint Jorisdoelen que está muy cerca de la abadía.
Para los más pequeños, es muy interesante entrar en el Parque en miniatura de Walcheren. En este lugar se recrea a escala 1:20 las islas Walcheren dónde está ubicada Midelburgo.
La ciudad también es ideal para visitar su vecina costera, la afamada Domburgo, con una de las playas más bonitas de Holanda y el gran dique de Oosterschelde, uno de los grandes símbolos del Plan Delta
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