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Delft es una de las ciudades más bonitas de Holanda gracias a la gran cantidad de atractivos que atesora su reducido centro histórico: tres espectaculares iglesias, un ayuntamiento que es pura filigrana, una de las plazas más grandes de Europa, románticos canales y decenas casas señoriales componen una oferta irresistible para el visitante que cae irremediablemente ante los encantos de esta encantadora ciudad.
Antes de empezar a explicaros nuestra visita por Delft, queremos agradecer a nuestros amigos Dani y Rosana, que hace años que nos insisten en que era una visita ineludible en nuestro viaje a Holanda.
Dónde está Delft
Delft está en la provincia de Holanda meridional, en el suroeste de Holanda y a caballo entre La Haya y Rotterdam. Con apenas 100.000 habitantes es una ciudad ideal para visitar en un día e incluso menos. Aunque fue fundada en el s.XIII, su fama viene del s.XVII, cuando se desarrolló la industria de la porcelana azul y con la posterior aparición del maestro de la luz holandesa, el pintor Johannes Vermeer. Fue la auténtica Edad de Oro de la ciudad.
Qué ver en Delft
Nosotros aparcamos en el parking Zuidpoortgarage y desde aquí fuimos hacia el centro en menos de diez minutos a través de preciosas casas típicas holandesas y canales.
Nuestra primera parada fue la Beestenmarkt, una preciosa plaza rectangular de 60 metros de largo por 50 de ancho, llena de plataneros y terrazas para tomar algo. Vista desde el aire la plaza parece un pequeño bosque en medio de las casas. Vamos que por ahí no pasa ni un rayo de sol, con la falta que hace por estos lares...
Casi al lado podréis admirar las dos estilizadas torres gótica de 75 metros de la iglesia Maria Van Jesse, aunque la mejor panorámica la tendréis desde lo alto de la iglesia nueva, cómo veremos más adelante.
La plaza del mercado (Markt)
La delicada y coqueta Delft tiene la paradoja de tener una de las plazas más grandes de Europa. De planta rectangular alberga la iglesia nueva (Nieuwe Kerk) y el ayuntamiento (Stadhius). Ambos colosos están frente a frente y están flanqueados por las típicas casas holandesas y decenas de terrazas y restaurantes.
Esta plaza del s.XIII acoge cada miércoles un importante mercado agrícola, el resto de días sigue siendo el centro neurálgico y de ocio de la ciudad. En el pasado también lo era, aunque por aquellos tiempos, el ocio consistía en jalear las ejecuciones públicas que tenían lugar en la Markt.
Pero para apreciar mejor las vistas, os recomendamos que subáis a la torre de la iglesia nueva, la segunda más alta de Holanda con 108,75 metros y tan sólo superada por el Dom de Utrecht que tiene 112 metros.
Hasta la cima de la torre hay varias paradas intermedias desde dónde podremos sacar unas fantásticas panorámicas de la plaza y de Delft. A un lado podréis contemplar perfectamente la planta de la iglesia Maria Van Jesse. Enfrente podréis admirar la magnificiencia de la plaza y las casas y canales de Delft. En días con buena visibilidad podréis llegar a ver La Haya y el skyline de Rotterdam. Desde aquí también podréis ver la iglesia vieja de Delft, aunque probablemente cubierta de andamios, como fue nuestro caso.
Semejantes vistas tienen un pero y es que la subida puede ser realmente una odisea, ya que las escaleras de acceso son muy pero que muy estrechas y se sube y se baja por el mismo sitio, con lo cual se forma algo de cola, para que no suba todo el mundo a la vez y aún así no os extrañéis de ver gente adosada en la pared como si estuvieran momificados, y que lo único que pretenden es dejaros pasar.
Si sois devotos de las monarquías europeas, entonces seguro que querréis pagar la entrada a la iglesia y poder ver el panteón de la casa Orange, lugar dónde son enterrados los miembros de la monarquía holandesa.
El otro gran emblema de la plaza es el Stadhuis. El ayuntamiento de la ciudad está ubicado en un soberbio edificio de estilo renacentista con una torre gótica y con un reloj que data del año 1536. Actualmente acoge el museo de la tortura de Delft.
Cómo os decíamos al principio Delft es famosa por la producción de porcelana azul, una actividad que le ha dado fama mundial. Este tipo de fábricas vivieron su auge en el siglo XVII. Actualmente sólo queda una en funcionamiento, la Royal Delft, fundada en 1653 y que tiene sus puertas abiertas al público. En esta visita podréis contemplar a los artesanos pintar a mano la porcelana, cómo se hacía en siglos anteriores.
Muy cerca de la plaza central os sugerimos que visitéis la torre gótica de 75 metros de la iglesia vieja (Oude Kerk). Aparte de ser el lugar dónde reposan los restos de Veermer y de sus preciosas vidrieras, la iglesia es conocida por la inclinación de la torre, que actualmente es de 1,96 m. de la vertical y que continúa hundiéndose.
Junto a plaza central os recomendamos pasear por la calle que discurre junto a un canal, el Voldersgracht, un lugar lleno de encanto, con puestos callejeros y pequeñas tiendas ideales para curiosear.
También podréis ver algunos de los tópicos de Holanda, pero la verdad es que es todo muy agradable y hasta entrañable.
Como colofón a vuestra visita a Delft no os olvidéis de visitar el Oostport, situado a diez minutos del centro de Delft. Dos fantásticas torres góticas custodian la entrada este de la ciudad y son muy especiales ya que datan del año 1400 y son las únicas que se conservan en la ciudad.
Muy bellas vistas. Muy bonita ciudad.
Hola Roberto
Muchas gracias!!!
Has estado en Delft?
Si tienes dudas sobre alguna ruta o algo, no dudes en preguntar
Abrazos
Sergio