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Cala Jugadora es uno de los paraísos casi vírgenes que guarda el fantástico entorno natural del Cap de Creus y de Cadaqués. Un brazo de mar resguardado de la imponente Tramuntana, el viento que puede llegar a más de 150 Km/h y que junto al agua ha esculpido y formado el paisaje de esta zona del Alt Empordà.
Cala Jugadora lo tiene todo para pensar que estás en una playa de ensueño: aguas turquesas transparentes, fondo de arena blanca y rocas y alrededores verdes y exuberantes como si de una película se tratase.
Cómo llegar a Cala Jugadora
Cala Jugadora pertenece a Cadaquès, y está a pocos minutos del Faro del Cap de Creus, el punto más oriental de la península ibérica. Cadaqués está a 177 Km de Barcelona y son necesarias poco más de dos horas para llegar a destino.
Hay que ir por la autopista AP-7 hasta la salida 4 Figueres-Roses. La carretera N-260 nos llevará hasta el pueblo de Roses. Dejamos de lado el pueblo y continuamos por la comarcal GI-614 hasta Cadaqués. También se puede llegar por la GI-613 que conduce a Llançà y Port de la Selva. Justo antes de entrar a este último un desvío hacia la derecha nos conducirá a Cadaqués.
Desde Cadaqués hay que bordear la rotonda de entrada al pueblo y continuar las indicaciones hacia Portlligat y el Cap de Creus. Esto os llevará en diez minutos al faro, dónde podréis aparcar.
Desde el parking hay que bajar por un camino poco definido justo antes de cruzar el puente de la carretera. El terreno es irregular y rocoso, pero no peligroso. Se puede ir con niños, pero no con personas de movilidad reducida. En 10 minutos llegaréis a la parte alta de la cala con unas vistas sensacionales. Será el momento de bajar andando durante menos de 5 minutos por una miniselva muy frondosa.
Cómo es Cala Jugadora
Cuándo se llega por el camino que pasa por lo alto de la cala, es sencillo distinguir el brazo de mar del que hablábamos y cómo se retuerce hasta formar la cala que queda protegida de la temible Tramuntana. También te permite admirar la maravillosa gama de azules entre los cuales destaca el turquesa y el sorprendente vergel que la rodea y que la convierte en una de las playas más bellas de España.
Su limitado acceso hace que la playa tenga un marcado carácter aislado y virgen y esto lo agradecen sus aguas, transparentes y cristalinas, tanto que nos permiten entrever un fondo rocoso lleno de vida y sorpresas.
Precisamente Cala Jugadora es muy apreciada por los submarinistas y los que no lo sois, no olvidéis llevar una máscara de buceo porque es de esos sitios que se aprovechan.
El agua limpia y fresca también invita al visitante a lanzarse a nadar por este brazo de mar y poder disfrutar de la belleza de la cala desde otras perspectiva, así como los diferentes islotes de la zona, como el de las islas d'en Forcat.
Si no sois tanto de aguas fresquitas y sois más de tomar el sol, estamos ante una cala pequeña de 15 metros de longitud, de piedras y arena gruesa, así que en temporada alta mejor llegar pronto, ya que aunque el acceso es limitado, se llena pronto.
Las vistas desde la toalla son inolvidables, tanto por la propia cala y el paisaje que la bordea, como por la panorámica del faro que asoma en la parte alta del cuadro, que el mismo Dalí hubiera firmado.
Cala Jugadora es un lugar excepcional y si queréis verlo de esta manera, con poca gente, tenéis que venir antes de julio. Las fotos son de finales de mayo, y aunque el agua esta fría, el día acompañó y nos pudimos dar un buen baño paradisiaco.
Tota la Costa Brava està plena de racons espectaculars… A veure si fem una escapada quan acabem amb el virus
Hola noi!!!
Si, estem redescobrint la Costa Brava, hi ha cada lloc!!! sí clar, al setembre i octubre és ideal!!!
salut!