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Cala Bramant es una pequeña cala de Llançà, un pequeño pueblo situado en el norte de la comarca del Alto Ampurdán, casi en la frontera con Francia.
Si sois cazadores de playas de ensueño no os perdáis este pequeño rincón de la Costa Brava, dónde podréis apreciar la curiosa forma de esta cala, bañaros en sus cristalinas aguas y sentiros como si estuvieseis en una auténtica playa paradisiaca del sudeste asiático.
Cómo llegar a Cala Bramant
Si viajáis a Llançà en coche lo haréis por la autopista de pago AP-7. Hay que coger la salida 4 Figueres-Roses y continuar por la carretera N-II y N-260 en dirección a Figueres y Portbou y luego seguid las indicaciones hasta Llançà.
También se puede llegar en tren ya que Llançà tiene estación de ferrocarril. Respecto al avión, el aeropuerto más cercano es Girona. Desde aquí podéis alquilar fácilmente un coche o coger un autocar hasta Girona para desde allí coger el tren hasta Llançà.
La playa está situada al norte de Llançà y su puerto deportivo. Para llegar a ella podéis llegar en coche hasta la playa de Grifeu y aparcar allí o seguir un poco más hasta Cap Ras y aparcar en sus urbanizaciones.
Una vez fuera del coche hay que pasar por las pequeñas y encantadoras playas de Cros y Canyelles, fácil de distinguir por su bosque de pinos. Un poco más adelante llegaréis a Cala Bramant.
Cala Bramant
Una vez lleguéis a Cala Bramant, descubriréis una playa en forma de cuello de botella, una gran piscina natural con unas vistas envidiables de Llançà, la bahía de Port de la Selva y el Cabo de Creus.
Desde arriba las vistas son soberbias, abajo, flanqueada por las paredes de más de 10 metros del acantilado, la sensación de estar en el paraíso es indescriptible.
El lugar es tan bonito que fue declarado oficialmente como paisaje pintoresco en 1972. Menciones y premios aparte los lugareños conocen el lugar como la Cala dels Enamorats (cala de los enamorados) y es que es un famoso rincón para disfrutar de una velada romántica a la luz de las estrellas o para ver una inolvidable amanecer.
Cala Bramant es muy pequeña, así que si queréis coger sitio conviene llegar muy pronto. De todas maneras podéis plantar la toalla en la playa de Cros o en Canyelles que están a 5-10 minutos andando. Eso sí no os olvidéis los escarpines para bajar por las rocas y las gafas de bucear, ya que esta zona tiene unos fondo submarino muy rico.
Los más valientes también se pueden tirar desde las rocas que hay justo a la salida al mar. Los más timoratos lo contemplarán tumbados en su estrecha franja de arena o flotando desde la piscina natural de Cala Bramant.
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