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Ameland es una de las cinco islas frisias que pertenecen a Holanda. Están situadas entre el mar de Wadden y el Mar del Norte y es un remanso de paz formado por cuatro encantadores pueblos y extensas y salvajes playas de dunas. Cuando llegas a Ameland sabes que estás en un lugar especial, un sitio dónde el mar y el clima han forjado el carácter de sus habitantes, que por otra parte es simpático y hospitalario con el visitante a más no poder. Y es que, será por nuestra gastronomía, por nuestro clima o por nuestra forma de ser, pero nos dio la sensación que nos quieren mucho.
No es ni de lejos el lugar más famoso de Holanda, pero si sois de los que os gusta visitar sitios especiales y diferentes, no podéis dejar pasar la oportunidad de visitar esta encantadora isla y con un poco de suerte ver alguna foca.
Cómo llegar a la isla de Ameland
A esta pequeña isla solo se puede llegar en ferry, gracias a la compañía Wagenborg que conecta Holwerd, en el continente, con Nes, el pequeño puerto de Ameland. Los grandes ferries tienen capacidad para llevar coches, cosa que aprovechamos nosotros ya que al estar solo un día queríamos perder poco tiempo en trayectos. Eso sí, si tenéis más de un día os recomendamos que os llevéis vuestras propias bicicletas o las alquiléis allí y disfrutéis de la isla pausadamente, como hacen sus habitantes.
Lo ideal es salir pronto y poder aprovechar al máximo el día. Hay ferries cada dos horas desde las 7:30 y el último ferry parte desde Ameland a las 18:30h.
El trayecto es muy rápido (no llega a la hora) y el interior del barco es muy cómodo y acogedor por lo que si el día es frío o llueve, iréis la mar de a gusto dentro y si llevas tu propio coche siempre te puedes quedar dentro, aunque nosotros preferimos estar fuera y así poder sentir la brisa marina.
Los precios son unos 15€ por adulto ida y vuelta y si queréis llevar coche ya son 96 € más. En todo caso podéis consultar precios y horarios en su completa página web.
Recorriendo Ameland
Tras desembarcar en Nes, lo primero que hicimos fue dirigirnos a la oficina de turismo de Ameland, que en Holanda se distingue por tres VVV. Aquí podéis recabar toda la información que necesitéis para vuestras vacaciones en Ameland.
El faro de Ameland
Tras hacernos una idea de las visitas a realizar, teníamos claro que había que ir hacia Hollum, el pueblo más atractivo de la isla. Y como los barcos son guiados por los faros, nosotros nos dirigimos también hacia su alta torre de 56 metros, pintada de rojo y blanco que lo hacen bien visible desde cualquier punto.
Como otros faros en Holanda, se puede visitar y subir hasta su cúspide. Las entradas son muy baratas y no está de más entrar para hacerse una idea de la solitaria vida del farero que trabajaba aquí. Y lo mejor de todo es poder admirar las vistas de las dunas que casi se adentran en el mar del Norte y las mareas del mar de Wadden.
Rodeado de pinos, la imagen es muy hermosa, pero si queréis ganar mejores perspectivas, podéis bajar por un camino que se adentra en la playa, a través de dunas.
Las playas de Ameland
Además de poder hacer bucólicas fotos del faro, podréis andar 10 minutos por el camino de Tromppad hasta llegar a la playa con una preciosa barrera de dunas.
Probablemente la temperatura no os permita bañaros, pero os aseguramos que podréis disfrutar de un paisaje realmente seductor, con unas playas enormes, de arena blanca, prácticamente vírgenes y llenas de detalles que harán que os enamoréis de este lugar al instante.
Mientras contempláis la espuma acumulada en la blanca arena, vuestros hijos seguramente estén tirándose y rodando como pelotas en las dunas.
Los pueblos de Ameland
Otro de los encantos de la isla frisia de Ameland son sus pueblos. Tan solo hay cuatro en toda la isla, pero todos tienen la típica arquitectura de la región frisia, casas de ladrillos con fachadas puntiagudas y sobre todo multitud de adornos y objetos que pueblan sus ventanas y que invitan al visitante a curiosear en su interior. Y es que esto es muy normal en Holanda. No hay persianas y pocas cortinas, lo que deja el interior de las casas para dominio público. Digo yo que por eso las tienen tan arregladas y ordenadas.
Nuestro primer pueblo fue Hollum, aprovechando que salíamos de ver el faro. Parece salido de un cuento o de una maqueta de Lego, todo está muy cuidado, calles adoquinadas sin ningún papel en el suelo, casas de cuento de hadas, los jardines super cuidados, alguna bandera frisia y holandesa y sobre todo muchas bicis, algo por otro lado, muy común en Holanda.
También hay espacio para restaurantes y terrazas, ideales para tomar una buena cerveza holandesa o para degustar algún plato local como las famosas bitterballen o pescados crudos, tan propios de estas latitudes. Y si vais con peques, no os preocupéis porque patatas fritas, venden en todos lados y suelen ser raciones generosas y baratas.
En Hollum, además podéis visitar el museo Abraham Fock, donde los peques se lo pasarán en grande con el simulador de la lancha o disfrazándose de náufragos y metiéndose en un bote salvavidas.
Antes de abandonar Hollum, no podéis dejar pasar la oportunidad de ver el molino de viento De Verwachting, un precioso ejemplar holandés donde se molía el grano y la mostaza. Se puede visitar por dentro e incluso hacer una pequeña cata de diversas variedades de mostaza.
El siguiente pueblo al que fuimos fue Ballum, que es el más pequeño de la isla, pero que no deja de tener una calle preciosa, flanqueada por árboles y casas llenas de belleza. No hay más que hacer, simplemente pasear tranquilamente admirando la multitud de detalles de las viviendas.
Por último, nuestra visita nos llevó a Nes, el pueblo desde dónde zarpan los barcos hacia el continente. Antes de visitar el pueblo, fuimos hacia el centro de naturaleza, dónde pudimos aprender más sobre esta insólita región de Holanda y sobre todo su relación con el agua.
La parte que más disfrutamos, especialmente los niños, fue la del circuito que se hace en el exterior del museo y que dura aproximadamente media hora. Es un camino inspirado en los famosos kneipps suizos y que consiste en pasar con los pies descalzos por diferentes texturas y superficies, como guijarros, piedras, tronquitos, hierba y el celebrado fango que vuelve locos a los más pequeños. Bueno y a los grandes, porque es un placer poder hundir los pies en ese barro fresquito y pringoso. Luego hay una zona junto a una laguna con manguera y cepillos para hacer una buena exfoliación de pies. Y como no, aprovechar para limpiarse bien, si queréis que la mamis os dejen entrar en el coche de nuevo.
Tras visitar el museo nos dirigimos al pueblo para acabar nuestra visita en Ameland. Pese a no ser el más grande de la isla, se nota que es aquí dónde llegan los ferries, ya que es el más concurrido. Eso le da un genial toque de animación y la sensación veraniega es total. No tendréis problemas para tomar un helado o los deliciosos Poffertjes, que nos volvían locos a todos. Las típicas tortitas holandesas que se sirven con mantequilla y azúcar glacé. Un dulce regalo para el paladar.
Al atardecer tocaba disfrutar otra vez de la brisa marina desde el ferry y admirar como algunos practicaban el Wadlopen, caminar entre los fangos que provocan las mareas del mar de Wadden.
Una de las actividades estrella de esta isla es el safari para ver focas. Nosotros no tuvimos tiempo de hacerlo, pero desde el mismo ferry y junto a mi coche pude ver una que huía de la subida de la marea y que el barco iba dejando atrás. Sin duda un digno colofón a un día de ensueño en Ameland.
Muchas gracias por esta información tan completa. Seguramente iremos a conocer esta isla, el próximo verano, cuando realicemos nuestra visita anual, por razones familiares, de ese pequeño y hermoso país donde reinan las flores, el agua y las bicicletas. Un abrazo.
Genial Magdalena.
Aprovecha para visitar las otras islas frisias como Texel o Vlieland. Nos encantaron.
Cualquier duda me comentas!
Buenos días Isa y Sergio!
Estupenda descripción!
Una preguntilla? Tenemos previsto visitar Ameland en breve, recomendais alquilar bicicletas o como hicisteis el recorrido por los diferentes pueblos?
Hola Jordi y Cristina!
Muchas gracias!!! disculpa el retraso en contestar. Nos pillas de vacaciones ahora. Respecto al tema bicicleta en Ameland, nosotros lo hicimos en coche pero no usamos nunca bici y los niños menos. Pero se veía muy fácil y rápido entre pueblos. En Vlieland si que es obligatorio y la isla es más pequeña aún.
Si sólo vas a estar un día quizás vale más la pena el coche para que te de tiempo a ver más cosas. Aparcar era muy fácil. Pero quizás podéis estar una noche allí y alquilar bici para moveros, tendrá mucho más encanto.
Ya me dirás
Saludos
Sergio
Buenos días!
Por donde comprasteis los tickets de ferry a Ameland y desde donde salían?
Gracias
Hola Bárbara
Los compramos en la caja del puerto desde dónde salían los ferryes. Concretamente desde Holwerd y con la compañía Wagenborg.
Si tienes más dudas me avisas
Ciao
Hola chicos!
Me tropecé con vuestro blog y me esta encantando. :)
Somos una pareja de portugueses y estamos planeando ir con nuestra niña de 4 años a Vleiland ahora en Junio. Pensábamos ir en plan tranquilito (porque hacemos el viaje desde Rotterdam) y queríamos quedarnos ahí 2 noches, para ver las focas (excursión en barco o camión), pasear y disfrutar en bici. Que opinan, demasiado tiempo?
Me da la sensación que les gustó/sorprendió más Ameland que Vleiland y me quedo con esta duda entre las dos…porque como Ameland tiene coches e carretera…a ver si me pueden ayudar…
Buscamos algo especial y aislado, que permita apreciar el Waden sea y su fauna y flora. Somos biólogos y mi marido le encata la observación de aves.
Muchisimas Gracias y Un beijiño
Hola Catarina
Qué ilusión que nos escribas desde Portugal! y qué bien hablas castellano!
Realmente es una isla muy pequeña y en un día se puede ver, pero si queréis ir tranquilos, pues dos no está mal. Nos gustó mucho, cierto es que Ameland tiene más posibilidades, pero Vlieland es casi salvaje, un pueblo y ya está. Tiene mucho encanto.
En cualquier caso ambas islas os encantarán, lo que Vlieland no sé cómo está a nivel de alojamiento, debe de haber muy poco
Besos!!!
Hola Isa y Sergio,
Me ha encantado lo que cuentan de Ameland:), me han ofrecido trabajo en un hotel por el verano y encontré su blog, que por cierto es lo más completo y mejor explicado que hay en la web, mejor que wikipedia;)
Puedes hablarme del clima? Es muy frío? ventoso? Como son sus habitantes? Hay mucho Turismo? Si tuvieras que elegir una de las islas con cual te quedarías? Estoy muy entusiasmada, aunque tengo muchas dudas, ya que antes de encontrar trabajo no sabía de estas diminutas islas.
Espero puedas comentarme algo más y gracias por publicar tu experiencia, que por lo que cuentan lo han disfrutado :)
Un saludo desde Tenerife,
Gisela
Hola Gisela
Muchas gracias por tus palabras! qué maja!
Nos alegramos un montón de lo del trabajo. Creo que tiene que ser un buen sitio para hacerlo. Seguro que disfrutarás mucho.
El clima, en Holanda? difícil, es muy variable, pero en verano suele ser suave, nosotros cuando fuimos pues nunca llegábamos a 22-23ºC como mucho y para ir a las islas elegimos días bonitos, pero recuerdo que algunas islas las aplazamos porque llovía, así que bueno, clima norteño…
Respecto a los holandeses, es muy subjetivo, pero a mí me encantaron. Nos tienen mucho cariño, supongo que por el sol. Pero son muy amables y divertidos. Respecto a si hay gente, tranquilidad total, Texel es la más visitada y la más grande, pero las playas son infinitas. Nunca tienes sensación de agobio. En el pueblo del puerto de Texel si que hay un poco de jaleo, pero es normal, hay pocos pueblos, y sentarse en una terraza está muy cotizado.
En Ameland era bucólico, casitas, paseos junto a molinos, y con un turismo muy local, sostenible y tranquilo. Muy familiar todo.
De las islas me quedo con todas, el aislamiento de Vlieland, los pueblecitos con encanto de Ameland, las playas de Texel.
Disfruta de la experiencia y ya me irás contando.
Ciao!!!
Sergio