Tabla de contenidos
El Allalin es una de las cimas más accesibles de los Alpes. Pertenece al macizo de Mischabel y es una de las montañas más conocidas del valle de Saas. Son varios los motivos de su merecida fama. En primer lugar porque a ella se acerca el funicular subterráneo más alto del mundo, en concreto este singular metro llega hasta los 3.500 metros de altitud, donde también se encuentra el restaurante giratorio más alto del mundo. Así pues, estamos ante uno de los highlights de los Alpes suizos. ¿Nos acompañas?
Cuando uno llega a Saas-Fee, conocida como la perla de los Alpes, se queda anonadado por el impresionante anfiteatro de montañas que custodian el pueblo y una de esas cimas es el Allalin, uno de los cuatro miles más fáciles de coronar de todos los Alpes. De hecho es una de las actividades que proponen en la oficina de turismo. Bajo el lema de Mi primer cuatro mil podrás ascender hasta los 4.027 m del Allalin junto a un guía. Pero nosotros al ir con los niños, no teníamos mucho tiempo de ascensiones épicas (aunque me la guardo para la próxima ocasión) así que nos contentamos con subir hasta los 3.457 metros de la estación Mittelallalin.
Camino del Allalin
Para ello primero hay que tomar el Alpin Express, un teleférico que parte de Saas Fee (1.800 m). En 10 minutos llega a la estación intermedia de Morenia (2.500m) desde donde ya hay increíbles vistas de Saas Fee, de los glaciares cercanos y del teleférico de Spielboden y Längfluh. Hay que señalar que hasta Morenia también se puede llegar desde el teleférico de Felskinn que está a 10 minutos del Alpin Express. Tras un cambio de teleférico, éste llega en otros 10 minutos a la penúltima estación, Felskinn a 3.000 metros de altitud, en un paisaje árido y barrido por el viento y la nieve. Es aquí donde tomamos el famoso metro alpino, el que llega a más altitud del mundo. El viaje dura 12 minutos y discurre totalmente bajo las entrañas de la montaña.
Después de media hora de viaje entre teleféricos y funicular, llegamos a Mittleallalin. Un frío glaciar nos recibió nada más salir a la terraza de la estación. El día era muy bueno, pero el viento azotaba nuestros rostros y acrecentaba nuestra sensación de helor. Y es que aunque sea verano, estamos a más de 3.000 metros y esto son palabras mayores a la hora de cómo ir vestidos o abrigados.
Así que aunque os haga buen tiempo como a nosotros, subid bien abrigados, incluso con ropa de esquí, ya que aquí rara vez se superan los 5ºC y normalmente están a bastante menos. A pesar del frío, el panorama es soberbio.
Justo enfrente el Allalin y el camino nevado que sale hacia su cima. También se puede admirar el macizo de Mischabel con el Dom, el Täschhorn y el Lenztspitze entre otros. Un quitanieves completa la estampa. Estamos en uno de los sitios más altos de Europa y aquí el blanco y el azul del cielo lo domina todo. Es sencillamente espectacular.
Pero los niños no entienden aún la mística de la montaña y su objetivo es el pabellón de hielo, que según la publicidad también es el más grande del mundo. Un túnel excavado en el hielo te conduce al pabellón que está a 10 metros por debajo del hielo sin contar la nieve acumulada encima. Dentro hay lo clásico en este tipo de sitios, figuras de hielo como pingüinos u otros animales, un iglú que gusta mucho a los pequeños ya que se pueden meter, e incluso un tobogán para jugar.
Otras salas recrean escenas como la de un equipo de rescate de montaña o una misa. Vale la pena entrar, pero con media hora tienes de sobra.
Además teníamos ganas de subir al restaurante giratorio. Quiénes ya hayáis estado en algún sitio parecido, ya sabéis de qué va. Los que no, os diremos que el restaurante gira sobre sí mismo en una vuelta de 360ºC que tarda en completarse una hora. El movimiento es perceptible aunque obviamente va lento y no molesta.
Las ventanas son en realidad ventanales que permiten ver gran parte de los Alpes mientras comes alguno de los deliciosos platos del restaurante. Como curiosidad también pudimos ver Milán desde aquí arriba, sí, la ciudad italiana, y es que en días muy claros y con buena visibilidad como era el nuestro se divisaba muy a lo lejos la concentración urbana de la gran ciudad lombarda. Fue una experiencia muy agradable poder comer aquí mientras nos deleitábamos con las sensacionales vistas que nos ofrecían los ventanales. Pero en Suiza cierran muy pronto, así que a las 15:30h nos tuvimos que volver ya que el último funicular salía ya hacia Saas Fee y no era plan de bajar andando...
Aunque lo bueno de estos horarios es que luego tienes tiempo para descansar y relajarte y en nuestro apartamento no se estaba nada mal.
Hola, estamos pensando ir a finales de julio al Allalin pero no consigo ver si hay informacion mas actualizada acerca de precios y sobre todo horarios…podrias ayudarnos en este tema?gracias
Hola María
Te he pasado un mail con el link
saludos
Sergi
Hola buenas! Me puedes pasar el link a mi tambien?? Gracias