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Venir a ver el paso de las Termópilas, no es venir a ver una atracción de Disney. Eso hay que tenerlo claro desde el principio. Es un sitio que no es muy bonito y que su principal interés radica en la carga histórica y simbólica que posee. Muchos blogs y páginas mencionan este lugar como una estafa o un sitio prescindible. No es así por supuesto, pero en una época en que todo tiene que ser exageradamente bello e hiperbólico, no nos conformamos con pisar el escenario de una de las batallas más famosas de la historia de la humanidad y no alcanzamos a entender que han pasado 2.500 años desde la misma y que por tanto poco queda del escenario tal y como fue. Si eres un fanático de la Edad Antigua te recomendamos incluir este lugar en tu viaje por Grecia.
Es como si vas a Omaha Beach pretendiendo encontrar a los soldados aliados y nazis luchando por la cabeza de playa, en unos hechos que acaecieron apenas 75 años.
Si vas a ver el escenario de la batalla de los guerreros de Leónidas es porque eres un apasionado de la historia y del periodo del Antigüedad y/o porque seguramente eres un fanático de la espectacular y famosa película de Zack Snyder, 300.
Nosotros fuimos desde Galaxidi, cruzamos las montañas del Peloponeso, sólo para ver la estatua de Leónidas y poco más, pero que queréis que os diga, soy muy friki y para mí valió la pena perder casi una mañana viendo tan poco. Fue nuestro particular tributo al sacrificio de los espartanos. Es exagerado, pero para bien o para mal, parte de los que somos se lo debemos a ellos.
Cómo llegar al Paso de las Termópilas
Lo más normal es llegar desde Atenas y por tanto a través de la carretara nacional que va hacia Lamia. A la altura del kilómetro 230 se encuentra el monumento a Leónidas. Son 200 Km y 2 horas de viajes. Si no disponéis coche de alquiler, podéis contratar una excursión que os recogerá en vuestro hotel y os llevará en minivan a visitar el mencionado monumento, además de la eterna ciudad de Tebas, una de las grandes rivales de Atenas y lugar de nacimiento de Hércules. Podéis contratar la excursión aquí.
En nuestro caso veníamos desde Galaxidi y para ello tuvimos que cruzar las montañas del Peleponeso dejando atrás el Oráculo de Delfos y el conocido pueblo de montaña de Arajova. Contad una hora y media aproximadamente.
La batalla del Paso de las Termópilas
No os vamos a meter mucho rollo, cuándo lo podéis consultar tranquilamente en la red o en cualquier libro de historia. Tan sólo recordar que aunque eran 300 espartanos, Leónidas contaba con un ejército de mayor tamaño, gracias a los 1000 focios, 700 tespios y 400 tebanos más un millar de siervos e ilotas que completaban un contingente aproximado de 4000 soldados. Enfrente tenían la marea de persas y aunque Heródoto habla de 1.700.000 soldados, se puede asegurar con total certeza que no llegaban al medio millón, aún así, una fuerza expedicionaria abrumadoramente superior a la de los griegos.
El transcurso y el desenlace de la batalla ya lo conocéis: los espartanos y sus aliados aprovecharon la estrechez del paso para hacer frente a las hordas persas, su entrenamiento, su disciplina, su férrea formación en falange y las longitud de sus lanzas (más largas de lo habitual) hicieron estragos entre los atacantes y compensaban la diferencia de hombres. Ni siquiera los Inmortales, la tropa de Elite de Jerjes, llamada así porque aquí estaban sus mejores soldados y porque nunca eran menos de 10.000, pudieron abrir brecha en la tenaz resistencia griega.
Esto fue así hasta el atardecer del segundo día de batalla, en la cual el traidor Efialtes señaló a los persas un paso secreto para rodear el desfiladero.
Paso de las Termópilas hoy
El escenario de la batalla ha cambiado mucho de cómo era hace 2500 años. Los cambios geológicos han creado una llanura de más de 1 km que separa el mar del paso. Menos mal que Jerjes no atacó en nuestra época, si no la leyenda de los 300 espartanos no hubiera sido tal.
Como os decía, una carretera nacional separa el macizo montañoso de la fértil llanura y el mar, pero aún así es fácil imaginarse el mar llegando hasta la roca y formando el mítico desfiladero de las Termópilas. Sólo hay que borrar la carretera y la llanura del escenario.
El monumento consiste tan solo en una estatua en honor a Leónidas, rey de los espartanos. Apenas os llevará 5 o 10 minutos. Y además hay sitio para dejar el coche, no en vano tampoco acude mucha gente a este monumento.
Si cruzáis la carretera subiréis a una pequeña elevación del terreno dónde se encontraron muchas flechas. Ahí se cree que cayó la última defensa espartana ante la superioridad de los arqueros persas. También hay un pequeño tributo a los héroes espartanos. Es más lo que imaginas que lo que ves, pero sólo hay que subir durante menos de un minuto.
Justo al lado del monumento está el Centro de Información Histórica de las Termópilas. Este pequeño museo tiene tres salas de exposición dónde podréis ver algun video 3D de la batalla y de las guerras médicas. La verdad es que es bastante pobre y tiene poco que ofrecer.
Lo más gracioso es que fuera hay un maniquí con el famoso casco y escudo espartano que os podéis probar y que al menos os dará el gusto de posar como un verdadero soldado espartano. La entrada cuesta 2€
Por último, podéis visitar unas aguas termales, que están debidamente indicadas junto a la carretera. El significado de Termópilas es fuentes calientes y eso se debe los numerosos manantiales que hay. Este en concreto es pequeño, pero había gente que remojaba los pies y las piernas. No os esperéis nada del otro mundo.
En definitiva, el paso de las Termópilas hoy en día tiene un significado más simbólico e histórico que turístico. Estáis a advertidos. Para mí fue uno de los highlights del viaje pero a Isa y los niños les pareció una pérdida de tiempo-
Si, a quienes soñamos y vivimos cada momento de la historia no es un lugar mas, hsy que cerrar los ojos y poder viajar en el tiempo.
Cada lugar que visito me emociona mucho cuando se de ese lugar, si vas con niños es verdad Disney es mas divertido, para los que amamos conocer la historia es maravilloso y Grecia no es solo el Partenon.
No te pierdas Delfos, Olimpia, Kalambaca y tantos lugares que cuando llegues de regreso a tu casa, habras vivido algo que te dejara el alma llena.
Hola Roberto
Muchas gracias por tu comentario. Claro, no es lo mismo ir a los sitios sabiendo algo de antemano que no ir sin haber leído nada. No me considero muy culto, pero intento leer y aprender lo que pueda.
Delfos es alucinante, Olimpia y Kalambaca no pudimos ir. Espero en otra ocasión.
Muchas gracias por tu comentario y un abrazo al pueblo argentino
Sergio
Estuve en el monumento d Leonidas en junio y merece la pena pararse y reflexionar lo que supuso el esfuerzo d tan pocos hombres frente a los innumerables persas! Toda una proeza d valentía y honor!!!!
Es pensé yo.
Saludos Carlos!!!
Allá por 2005 o 2006 leí el libro Puertas de Fuego de Steven Pressfield, una novela verídica sobre la Batalla de las Termopilas. Apasionante. Al finalizar habla de la piedra en la que dice la frase «Viajero, avisa que cumpliendo las órdenes aquí yacemos» dije un día tengo que conocer ese lugar. Asique conociendo la historia, más allá de que me digan que no hay nada seguramente sea muy emocionante cuando esté ahí.
Hola Mauro
Yo creo que lo leí también por aquella época y me impresionó la verdad. Si conoces la historia, el lugar es místico, aunque para el que lo desconozca no tenga interés alguno.
Abrazos
Estuve allí ayer. Fui de exprofeso desde Delfos, camino de Meteora, en mi séptimo viaje a Grecia en 40 años.
Subiendo a la colina de Kolonos, el último lugar de resistencia griego. Desde allí se puede ver o imaginar el escenario, con la orilla de un mar poco profundo llegando casi al inicio de las laderas de los montes, dejando apenas una franja de terreno llano para el paso de los viajeros y los ejércitos.
Si se quiere, se puede ver bien como fue. Tomé unas fotos, para tomar lo esencial de como fue, pero no sé si se pueden compartir aquí. Copio el enlace de mi Facebook de la publicación de una de ellas. No sé si se podrá ver así:
Gracias por compartir
Saludos