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Grande Dixence no es el nombre de ningún cuatro mil de los Alpes, ni de ningún lago de postal ni de cualquier otra belleza obra de la naturaleza, si no una presa, concretamente la presa de gravedad más alta del mundo y que, a pesar de los millones de toneladas de hormigón que se necesitaron para su construcción, constituye uno de los paisajes más espectaculares y sorprendentes de los Alpes suizos.
La presa de la Grande Dixence, ubicada en la cabecera del Valle de Hérens, en el cantón del Valais, es una absoluta desconocida dentro del turismo de los Alpes. Seguramente el que esté hecha de hormigón no ayuda a verla como un bello paraje de montaña propio de los Alpes. Pero como sucede muchas veces, lo que imaginamos no es lo que es realmente. La presa es una auténtica obra de ingeniería del hombre que abruma por su imponente altura y grosor. Por si fuera poco el paisaje desde lo alto de la presa a más de 2.000 metros es el que todos soñamos cuando viajamos a los Alpes: montañas de nieves eternas reflejándose en las aguas del lago creado por la presa. Un auténtico espectáculo de la naturaleza y del hombre al que hay que sumar la poca gente que os encontraréis de visita.
Sus 285 metros de altura conforman la presa de gravedad más alta del mundo. Y ¿qué es una presa de gravedad? simplemente aquella que por su propio peso es capaz de contener la fuerza del agua. Esta agua es trasladada a la presa a través de más de 100 Km de túneles y un conducto principal. Los millones de metros cúbicos de agua almacenada son conducidos a través de turbinas hacia las plantas de producción de Fionnay, Nendaz y Bieudron dónde se produce la transformación en electricidad. Por último el agua es descargada en el caudaloso río Ródano.
La construcción de la presa
Dado que se trata de una gran zona de almacenamiento de agua y que el 56% de los glaciares de los Alpes están el cantón suizo del Valais, entre 1929 y 1935 se construyó la primera presa en la cabecera del valle de Dix. Rápidamente y tras la II Guerra Mundial, las fábricas y empresas se multiplicaron y la necesidad de energía creció exponencialmente.
En ese contexto nace la compañía Grande Dixence, S.A. en el año 1950. Poco después, en 1951, se inician los faraónicos trabajos de construcción de la presa. Dónde 3.000 hombres trabajaron codo con codo durante 14 años, hasta 1965, fecha de inauguración de la presa actual. La presa original quedó sumergida bajo las aguas de la colosal Dixence actual.
Durante este tiempo las condiciones de trabajo de los hombres fueron muy duras ya que el aire estaba infiltrado de polvo y agua y se hacía complicada la respiración, eso sin tener en cuenta lo que suponía trabajar a más de 2.000 metros de altura.
Conscientes de que el capital humano era el factor más importante en la construcción de la obra, siempre se intentó mejorar las condiciones de trabajo y seguridad. Aún así, hubo accidentes, siendo el más grave el acaecido en 1961 cuando se desplomó la sección del techo del túnel de Cheilon sepultando y matando a 3 trabajadores.
La materia prima se extraía de la morrena Plafleuri a 2.600 metros de altitud. La roca era aplastada allí mismo y transportada a través de cintas transportadoras a la planta de hormigón blava. El cemento se colocaba en bidones de 400 Kg y se llevaban a los diferentes sitios a un ritmo de 200 toneladas a la hora.
La construcción de la Grande Dixence fue llevada a cabo de día y de noche ya que el abastecimiento de materia prima era ininterrumpido.
Visita guiada al interior de la Grande Dixence
En muchos lugares tendemos a marginar las visitas guiadas, pero hay sitios dónde realmente vale la pena que te expliquen las vicisitudes del lugar. En este caso además es la única manera de entrar en el reino del hormigón.
Nuestra visita comenzó delante del centro de información, dónde hay una exposición de la historia de la construcción de la presa. Desde allí tuvimos que subir unos 5 minutos por un camino con un desnivel considerable hasta un pequeño edificio a los pies de la presa.
Antes pasamos por la capilla de Saint Jean, construida por los trabajadores de la presa en el año 1930. Las vistas desde allí del valle son soberbias.
Ya dentro de la nave, la guía nos estuvo explicando el funcionamiento de la presa a través de unos paneles informativos que nos sirvieron para entender la magnitud de la obra en la que estábamos a punto de entrar. Las explicaciones eran en francés, alemán e inglés.
Una vez fuera ya haciendo frente a la base de la presa de 200 metros de profundidad, te sientes un enano y atinas a entender las proporciones de la construcción, una escalera y una minúscula puerta nos condujeron a las entrañas de la Dixence.
Una vez dentro, empezamos a recorrer un kilómetro de galería de los 32 Km que hay en total (16 en horizontal y 16 en vertical).
Durante la visita le pregunté a Isa a qué le recordaban las galerías y coincidimos los dos: Alien, el octavo pasajero, y es que la iluminación de los túneles, las sombras y la sensación de laberinto te hacen sentir como en la película, salvo que en esta ocasión no vimos a ninguno de los "simpáticos" bichitos.
Los niños se lo pasaron en grande, por esa sensación de hacer algo diferente y desconocido. Escuchando las indicaciones de la guía llegamos a un pequeño espacio abierto dónde vimos un espectacular corto de la historia de la construcción de la presa. 15 minutos de imágenes completadas con diagramas y esquemas que nos ayudaron a entenderlo todo mejor. Imágenes de hombres, máquinas, hormigón y cifras que nos dejaron completamente anonadados.
El paseo por la cresta de la presa
A última hora y tras visitar el interior de la bestia, subimos en teleférico al paseo del dique. Obviamente también se puede subir andando, pero a esas horas de la tarde y con niños, preferimos salvar en apenas 5 minutos los casi 300 metros de desnivel.
Una vez arriba el paisaje es glorioso, Para dar la vuelta completa a los 700 metros del paseo hay que reservar aproximadamente unos tres cuartos de hora. Nosotros no llegamos hasta el final, pero aún así fue espectacular estar en lo alto de la presa contemplando las cimas nevadas en pleno mes de agosto.
Además desde aquí hay varios senderos de alta montaña, como el sendero de los íbex de 4 horas de duración.
Fue el colofón a nuestra visita a la presa más alta de Europa, una de las obras de ingeniería más alucinantes que hemos tenido oportunidad de conocer.
Indicaros que las fotografías antiguas que ilustran este artículo, nos han sido cedidas por Grande Dixence, S.A.
La Grande Dixence en cifras
Máxima altitud 2.365 m
Longitud 700 m
Anchura en la base 200 m
Anchura 15 m en la cresta
Muro de 285 m de alto
Alimentada por las aguas de 35 glaciares
Muro de 285 m de alto
400 millones de m3 de agua almacenada
2 billones de KWh producidos cada año
284 metros de profundidad máxima del lago de Dix
6 millones de metros cúbicos de hormigón
32 Km de galerías
400.000 hogares abastecidos de energía
2.222 escalones
es espectacular e interesante, me satisface compararla co las tres garganta en china ytambien cin itaipu y yaycireta en america del sur. obra impresionante y deseo visitarla en ese admirado país ,suiza.
Hola Héctor
Espero que puedas verla pronto
Un abrazo