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Grimentz es uno de los pueblos más bonitos del Valais y de toda Suiza. Está situado en el corazón del valle de Anniviers y justo a la entrada del valle secundario de Moiry. Cuando panifiqué la visita a este valle no sabía que era el más grande y extenso de las decenas de valles que salpican este cantón suizo y entonces entendí porque un pueblo tan encantador y bello como Grimentz se había mantenido a salvo del turismo de masas y de la sobrexplotación urbanística. Además a muy pocos kilómetros de Grimentz se encuentra la presa de Moiry enclavada en un paisaje de ensueño.
El Valle de Anniviers es prácticamente una región en sí misma debido a su gran extensión. Desde Sierre, al inicio del valle, hasta Grimentz hay 24 Km y tres cuartos de hora de imposibles curvas y estrechas carreteras dignas del mejor rally. Cuando empiezas a ascender desde Sierre y dejas atrás los famosos viñedos del Valais para dejar paso a espectaculares bosques de coníferas, pronto entiendes que estás ante un lugar especial.
En los tramos de carretera que son más abiertos, se puede comprobar la grandiosidad de este valle y sobre todo la absoluta comunión entre la naturaleza y el hombre. Diferentes pueblos salpican el valle, pero siempre con un urbanismo respetuoso con el entorno y manteniendo la construcción tradicional. En lo simple radica la belleza y aquí esta máxima se cumple a rajatabla. Tus ojos sólo verán, cielo azul, diferentes matices de verde y los distintos tonos de marrón de los chalets de madera.
Justo antes de llegar a Grimentz, podréis admirar una preciosa y pequeña iglesia blanca, situada en una curva de la carretera y desde la cual hay una preciosa panorámica del Valle de Anniviers. Una vez en el pueblo, un parking te obliga a dejar el coche a la entrada, a no ser que continúes hacia la presa de Moiry, para lo cual tendrás que pasar por la parte baja de Grimentz y de escaso interés.
Grimentz, uno de los pueblos más bellos de Suiza
En Grimentz domina el marrón oscuro de la madera de las casas y el rojo de los cientos de geranios que hay en sus balcones y terrazas. Por eso es un pueblo de postal, por esa explosión de colores, y por lo bien cuidado que está todo, sin que llegue a parecer artificial o demasiado turístico como en otros lugares.
Admirando la arquitectura y el colorido del pueblo fuimos transitando sin rumbo fijo y pausadamente por sus empedradas calles. Ese fin de semana celebraban una curiosa feria de licores espirituosos, y me quedé con las ganas de probar alguno, pero dado que tenía que coger el coche en breve, no me quise arriesgar a conducir más contento de la cuenta por sus zigzagueantes carreteras.
Mientras íbamos haciendo fotos, los niños corrían a sus anchas, descubriendo los rincones del pueblo y sus fuentes. Y es que el agua siempre es un elemento que atrae a los más pequeños. En este caso diversas fuentes con esculturas de oficios tradicionales talladas en madera jalonaban nuestro recorrido por Grimentz.
Si algo nos supo mal, fue no pararnos un rato a tomar algo en alguna de sus floreadas terrazas y disfrutar con calma de la belleza del lugar, pero teníamos otras visitas pendientes por lo que continuamos nuestra ruta hacia el lac de Moiry, pero antes pasamos por la parte baja del pueblo desde la cual hay una preciosa panorámica en perspectiva de Grimentz.
La presa de Moiry: un mundo de color inolvidable
Ocho interminables kilómetros nos separaban aún de la presa, aunque el paisaje era soberbio. El muro de la presa de 148 metros realzaba la espectacularidad del panorama. El punto culminante del trayecto fue cruzar un túnel sin iluminación que sirvió como misteriosa antesala a lo que nos esperaba.
Al salir del túnel nos topamos con un inolvidable azul turquesa del lago que en esos momentos brillaba por los rayos de sol que se filtraban entre las numerosas nubes blancas que había. A la orilla izquierda del lago destacaban las autocaravanas aparcadas y sobre todo el verde intenso de sus montañas. Es de esos sitios que sales corriendo del coche, que te faltan piernas para salir disparado a admirar semejante paisaje, como si tuvieses miedo que fuera a desaparecer en cualquier momento, o simplemente que el cielo se tapase y desluciese el día perfecto que hacía.
Así pues, nos dirigimos hacia el paseo que recorre la presa para admirar no solo el paisaje de cimas de nieves eternas si no también la propia presa, construcciones que siempre impactan por el imponente tamaño que tienen. Y al otro lado la vista abarcaba el valle de Anniviers con la espectacular carretera repleta de curvas serpenteando perezosamente hacia la presa.
Tan a gusto estábamos que improvisamos un picnic para comer en la misma cima de la presa. Pero os he de decir que comí como un pavo, no estaba yo para degustar picnics con semejante paisaje ante mis ojos, así que me fui corriendo a recorrer todo el paseo de la presa.
Y es que conviene hacerlo, aunque tengáis poco tiempo, como era nuestro caso, ya que si cruzáis toda la presa y subís un poco por el lado derecho, encontraréis unas soberbias vistas del lago, las montañas y sobre todo nuevas y espectaculares perspectivas de la presa y de su forma abovedada. Son sólo quince minutos que te permiten tener una visión diferente y auténtica de la presa de Moiry.
El Valle de Anniviers tiene otros pueblos de postal que por desgracia no tuvimos tiempo de ver en profundidad como Chandolin, Zinal o St. Luc o Vissoie y es que como os decíamos este gran valle requiere al menos una semana de vacaciones para admirarlo y degustarlo en su totalidad.
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Hola, en primer lugar felicitaros por el trabaja que habeis realizado sobre Suiza. Este agosto quiero conocer este país y estáis siendo mis referentes para planificarlo.
Tenía apuntado el pueblo de GRIMENTZ, por lo que he visto me ha gustado tanto que espero por lo menos pasar allí una noche. Me voy a mover por el país exclusivamente en transporte público, sabeis si se puede llegar a Grimentz en transporte público? Y en caso afirmativo desde dónde sería?
Hola Alberto
Muchas gracias por tus felicitaciones.
En Suiza el transporte público te lleva a todos sitios, incluso Grimentz. Tienes que ir en uno de los buses postales amarillos del país. Desde Sierre conecta con todo el valle de Anniviers. Te dejo enlace para que lo veas.
por cierto ¿ya tienes alojamiento?
Cualquier otra duda que tengas me comentas
Abrazos
Sergio