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La ermita de la Regalina es uno de los lugares más bellos y con más encanto de Asturias. A pesar de su belleza, no es muy conocida, si más no, no tanto como otros lugares como por ejemplo los lagos de Covadonga por ejemplo y si no fuera por una seguidora del blog, nunca habríamos visitado esta pequeña joya de la costa occidental asturiana.
La Regalina es un sitio para dejarse llevar, podéis visitarla durante cinco minutos o dejar pasar el rato en este majestuoso enclave. Creemos que será lo segundo porque cuesta dejar de hacer fotos a la ermita y al soberbio paisaje que la rodea.
Cómo llegar a la Regalina
La Regalina está ubicada en el precioso pueblo de Cadavedo a medio camino entre Luarca y Cudillero, dos pueblos con mucho encanto y quizás los más famosos de la costa occidental de Asturias.
La A8 comunica ambos pueblos y tendréis que tomar la salida 450 si venís de Avilés o la 451 si lo hacéis de Galicia. En todo caso la salida es la que pone Cadavedo. A partir de aquí sólo tenéis que seguir las indicaciones hacia La Regalina Turismo Rural
Alojamiento en Cadavedo
Asturias es un lugar ideal para pasar unas vacaciones y si queréis pasar unos días de ensueño, junto a la Regalina, podéis alojaros en algunos de sus hoteles o apartamentos. Descubre su oferta aquí.
Qué ver en la Regalina
La ermita fue construida en 1931, a instancias del Padre Galo, que quería convertir el sitio en un lugar de peregrinación para honrar la patrona de Cadavedo, la vírgen de Riégala, llamada cariñosamente "la Regalina".
La ermita está ubica frente al campo de la garita, y destaca por sus colores azules y blancos. Rodeada de césped y con el cielo azul asturiano de fondo, el lugar es de una belleza apabullante. Por si fuera poco está rodeada de playas y acantilados, como la playa de la Ribeirona, la más concurrida de Cadavedo.
Entre foto y foto lo único que hay que hacer es dar una vuelta alrededor de este pequeño santuario y de admirar las grandiosas vistas del mar y los precipicios.
Junto a la ermita hay un precioso hórreo asturiano, con dos carros del país debajo. Un precioso ejemplo de la historia de la región el siglo pasado.
Nuestra visita tuvo como acompañante un precioso día de verano, con un cielo azul intenso y nubes blancas. De gente, más bien poco, algunos curiosos que se acercaban a conocer la ermita. Una pareja de jubilados había instalado una mesita y un par de sillas y comía un buen pícnic junto al hórreo.
Cómo decíamos es un lugar de paso, para visitar durante media hora, pero que es imprescindible si estáis en las inmediaciones de Cudillero o Luarca. La famosa playa del Silencio también está muy cerca de aquí, así que es el complemento ideal para una fantástica jornada en la costa oeste de Asturias.
Hermoso enclave. Junto con el Cabo Busto y también el Cabo Vidio, que se encuentran muy cerca de ella.
Las fotos os han quedado preciosas. Un saludo
Gracias Cel! Las fotos ningún mérito. Hizo el típico día precioso, cielo azul, aire puro, nubecitas blancas… era imposible no hacer fotos bonitas.
Gracias por leernos!
He dado de casualidad con este artículo viendo algunas entradas de vuestro blog y vuestros viajes. Estuvistéis al lado de Luarca mi pueblo. La Regalina y la Ribeirona me traen bonitos recuerdos de mi niñez cuando pasaba una semana de agosto con mis abuelos en Cadavedo, donde ellos vivían, durante las fiestas de la Regalina y durante las cuales mi abuelo nos llevaba a la playa. El lugar es único!. Me ha gustado mucho vuestro artículo Sergio e Isa.
Hola César!
Muchas gracias. Muy orgulloso que nos lo digas tú, un asturiano de pro. Luarca también nos encantó. Mucha menos gente que en Cudillero y con mucho encanto. Y la Regalina, pues sí es especial, y con muy poca gente lo que le da aún más encanto.
Abrazos!