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El restaurante Yucatan está ubicado en Engelberg, un magnífico pueblo de montaña, situado al final del valle del mismo nombre. Engelberg tiene una mezcla de naturaleza y confort que nos encantó. Dispone de lo mejor de los pueblos alpinos, como sus grandes montañas y su magnífica naturaleza, pero al mismo tiempo ha sabido crear un ambiente urbanita, con zona comercial, hoteles y restaurantes que se han integrado perfectamente en el entorno y que permiten al visitante disfrutar de ambos ambientes al mismo tiempo.
En este contexto nos encontramos con Yucatan, un restaurante con un ambiente jovial y cool y que les ha llevado a autodefinirse como los cuarteles de los snowboarders y es que en invierno es fácil ver el local lleno de jóvenes deportistas que recuperan fuerzas con sus increíbles y sabrosos platos.
Yucatan, Engelberg
Pero nosotros visitamos Yucatan en verano y la experiencia fue totalmente satisfactoria. Primero porque cenamos de maravilla. Segundo porque el personal es muy amable y atento y por último porque el ambiente del restaurante era genial, con gente de diversas edades, incluidos niños como los nuestros.
Qué cenar en el Yucatan
Si ojeáis la carta del restaurante Yucatan, podréis comprobar que tienen platos muy cosmopolitas y de diversas procedencias. Priman las carnes y las ensaladas, pero la cocina mexicana y tailandesa tienen un peso muy importante en su oferta. Así que si buscáis platos tradicionales suizos, este no es vuestro sitio. Lo que si que os podemos asegurar es que los ingredientes son de máxima calidad. La carne, el producto fresco y sus salsas son una delicia y justifican sobradamente el precio.
Cena en el Yucatan
Ahora bien una de las estrellas de la carta es su mastodóntica hamburguesa Monster Burger, 250 gramos de carne de buey con champiñones, bacon, tomate, cebolla, pepino, huevo frito y salsa casera. El acompañamiento consiste en unas deliciosas patatas fritas y col. Es el típico plato que los impresionables como yo, pedimos solo con ver escrito el nombre en la carta. Pero os aseguro que a media hamburguesa ya no podía más. Es un plato para verdaderos carnívoros y caníbales, aunque por momentos pensé que la hamburguesa se me estaba comiendo a mí. Simplemente espectacular. Cenan dos personas tranquilamente.
La inigualable Monster Burguer
Isa optó por la comida mexicana, de la cuál somos grandes apasionados. Unas excelentes fajitas de pollo fueron su elección. Solo con ver la presentación ya se nos hacía la boca agua. El plato se sirve sobre una preciosa tabla de madera y con varios cuencos y diferentes salsas para ir eligiendo la que te guste más.
Nuestros hijos pidieron los clásicos nuggets de pollo con patatas, pero con un tamaño y textura que hasta a mí se me iban los ojos hacia sus platos.
La presentación es otro de los puntos fuertes del Restaurante Yucatan, y es que cuidan al máximo cualquier detalle. Comer o cenar en este restaurante es una experiencia para todos lo sentidos y la vista no iba a ser menos. Mesas perfectamente decoradas, con un menaje moderno y agradable, con alguna vela para acabar de rematar una mesa colorida pero sin estridencias.
Mesa del Yucatan
Personal y Local
El restaurante forma parte del hotel Bellevue-Terminus y está ubicado en pleno centro de Engelberg, justo enfrente de su estación de ferrocarril. Nosotros íbamos desde nuestro apartamento Titlis Resort, a 10 maravillosos minutos andando.
El edificio es muy bonito y destaca más al caer la tarde con el sol iluminándose en su fachada y las montañas de fondo.
En verano y si el tiempo acompaña como fue nuestro caso, lo ideal es cenar en su terraza llena de farolillos que ayudan a crear un ambiente mágico e íntimo.
Farolillos en el Yucatan
Mientras esperábamos a que nos preparasen nuestra mesa, disfrutamos de un buen vino de la casa, en una zona de sofás que fue perfecta para charlar un rato.
Lounge del Yucatan
El personal también merece una mención especial. Camareros jóvenes y simpáticos, vestidos de negro, moderno pero elegante. Son súper atentos, pero para nada empalagosos, el equilibrio perfecto. En nuestro caso, además, nos pusieron una camarera que hablaba español perfectamente, lo que fue ideal para que nuestra cena fuera todo un éxito.
La dueña del Yucatan, Sina, también visitó nuestra mesa un par de veces para ver que todo estaba en orden. Amable, simpática y cariñosa con los niños es el ejemplo de una perfecta anfitriona.
Si viajáis alguna vez a Lucerna y queréis conocer las famosas montañas de Engelberg, no os olvidéis de hacer una parada en este restaurante. No os arrepentiréis y esperamos que nos lo expliquéis a la vuelta.
Cena en el Yucatan
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