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La cocina alemana nos gusta y aunque cuando llevamos un tiempo allí el cuerpo nos pide un poco de verdura y pescado, no dejamos de admitir que los platos de carne que probamos en este país son los mejores. En Heidelberg no podían ser menos y encima al ser una ciudad con un gran porcentaje de población universitaria nos encontramos con una excelente oferta de restaurantes y tabernas de buena calidad a precios muy competitivos. ¿Tienes hambre? Pues acompáñanos en este mini recorrido gastronómico por Heidelberg.
Empezamos nuestra visita por la calle principal de la ciudad, cuya principal característica es que es la calle peatonal más larga de Alemania. Zona comercial por excelencia de Heidelberg, resulta muy fácil encontrar un buen sitio para comer y,entre los que hay, destacamos el Palmbräu Gasse.
Este restaurante podríamos decir que es la clásica taberna alemana, con un interior grande y oscuro pero con mucha vida. Está lleno de gente y hay un gran ambiente de camaradería. Con grandes mesas de madera, el lugar es ideal para compartir en familia y con amigos un buen rato, pero sobre todo para degustar una buena comida. Los platos son generosos, de muy buena calidad y los precios muy baratos. Os recomendamos los siguientes:
El codillo crujiente asado con mostaza y albóndigas de pan y patatas con guarnición de patatas al horno o ensalada (Knusprig gegrillte Schweinshaxe mit Senf mit Beilage Semmelknödel) es simplemente espectacular. Te lo sirven con un cuchillo pinchado en la carne que invitar a hincarle el diente cuánto antes.
Las tiras de pavo con salsa de champiñones acompañadas de Spätzle y ensalada (Rahmgeschnetzeltes von der Pute mit butterspätzle und Salat) es otra maravilla para los sentidos. A pesar que ponen mucho pan, ¡seguro que pedís más!
Otro delicioso plato es la pechuga de pollo salteada con brécol y salsa de champiñones acompañada con los sabrosos rösti de patata y con la clásica ensalada alemana (Gebratenes Hänchenbrustfilet mit Champingnonrahmsauce, Kartoffelrösti und Salat).
Los más pequeños de la casa también encontrarán opciones, el pollo o el lomo empanado acompañado de patatas o Spätzle seguro que les gusta. Eso sí, os recomendamos que al tratarse de raciones muy generosas, si los niños son pequeños pidáis un plato para dos. ¡Que no os dé apuro, están más que acostumbrados!
En esta taberna vais a comer muy bien, no os quedaréis con hambre y encima no os costará más de 15-20€ por persona. No entiendo como la gente hablaba tanto y compartía historias, yo la verdad estaba muy concentrado en mi plato...
Otra recomendación gastronómica que podemos ofreceros, es el Cafe Knösel, un pequeño restaurante que tiene el honor de ser el más antiguo de la ciudad. Fue inaugurado en 1863 por Fridolin Knösel, en pleno auge del romanticismo alemán.
Frecuentado desde sus inicios por profesores y estudiantes, su ambiente universitario se ha mantenido hasta nuestros días. Especialidades regionales como el Rumpsteak mit Bratkartoffeln, geschhmorte Zwiebeln und Blattsalat, un exquisito filete de lomo con cebolla frita, patatas y ensalada hacen las delicias de sus clientes.
Destacable es también su selección de tartas que puedes admirar en el mostrador nada más entrar al restaurante. ¡Con semejante panorama casi que te entran ganas de empezar por el postre! Si no, el establecimiento también es una buena opción para degustar un té y acompañarlo con algo dulce por la tarde.
El personal es amable y atento y como os hemos dicho los platos son deliciosos. Los precios son correctos y acorde a la calidad de los platos que sirven.
Además del Café Knossel, podréis visitar la tienda de chocolates que hay justo en la calle de al lado, dónde podréis probar y comprar los famosos besos de los estudiantes, un relleno de chocolate, turrón y confite sobre una base de barquillo. ¡Deliciosos y un buen detalle si a la vuelta queréis traer un obsequio que ocupe poco en vuestra maleta! Quien lo reciba os lo agradecerá.
En una época en que las chicas de buena reputación iban al Café con institutrices, el Sr. Knösel ideó este dulce para burlar esta vigilancia y como símbolo de las miradas entre estudiantes y doncellas.
Además en Navidad, se celebra el reciente pero bello Mercado de Navidad de Heidelberg. Como en toda ciudad alemana que se precie, los puestos de comida se suceden para ofrecer al visitante las más sabrosas delicias regionales. No estamos hablando de simples salchichas (ya de por sí excelentes y que nada tienen que ver con las de aquí) sino de otros manjares que deleitarán nuestro paladar y saciaran nuestro hambre por apenas 3 o 4 €.
Como veis, algunas opciones culinarias para todo tipo de bolsillos, paladares y situaciones que os serán de ayuda en vuestra visita a la ciudad alemana de Heidelberg.
La verdad es que las carnes alemanas, como dices, están buenísimas. Tendremos en cuenta esta entrada por si algún día vamos por allí.
Un saludote ;)
Hola Helena!
yo cuando voy me pongo las botas, eso si a la semana el cuerpo me pide verdura y ensalada!!!
Gracias por visitarnos!
Madre mía… la comida más básica que podías comer 😂 Por dios, curratelo un poquito más anda.
Hola Laura!
Es lo que tiene que ser simple y sencillo… me pones pan y agua y soy feliz. Tienes razón soy básico. Eso si me lo curro lo que quiero, es lo que tiene tener un blog personal, que escribes lo que quieres…
Viva las patatas fritas y la carne en salsa!!!
Gracias Laura
UNA CIUDAD MÁGICA, SU ENTORNO, SU GENTE Y SU COMIDA!!!
BELLA HEIDELBERG, ME CAUTIVO.
Hola Alejandra
Sí, es una ciudad muy romántica y con mucho ambiente.
Gracias por visitarnos!