Tabla de contenidos
Carcassonne, a pesar de sus escasos 50.000 habitantes, es uno de los destinos más visitados de Francia tras París y el Mont Saint Michel y eso es gran parte gracias a la magnífica ciudadela medieval de Carcasona, un conjunto medieval único en toda Europa debido a su excelente estado de conservación y su ciclópeo tamaño.
Sus dos murallas de más de un kilómetro, más de cincuenta torres, el castillo de los vizcondes, las barbacanas, la basílica y el puente levadizo le han hecho ser merecedora del título de Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.
Si todo esto fuera poco motivo para visitar la ciudad, hay otro sitio clasificado como Patrimonio Mundial: el canal del Midi, construido en la época del Rey Sol, y dónde podréis contemplar bucólicos paisajes a lo largo de sus 200 Km de recorrido.
Cómo llegar a Carcassonne
El acceso a Carcassonne desde España es muy sencillo y rápido. Desde Barcelona apenas hay 300 Km que se recorren en aproximadamente tres horas. Esto lo convierte en una escapada ideal de fin de semana para muchos catalanes.
El trayecto tiene las autopistas AP-7 y la A-9 ya en territorio francés como principales vías de acceso a la ciudad occitana. Luego sólo hay que continuar por la A-61 en dirección a Carcassonne y Toulouse y tomar la salida 24 en dirección a Carcassonne.
Desde las áreas de descanso de la A-61 podréis admirar las primeras panorámicas de la ciudad medieval de Carcasona y entender así la magnificiencia de este fortaleza.
Aunque hay aeropuerto, no hay vuelos directos con ninguna ciudad española, así que si no viajáis en coche propio, la mejor opción es llegar en tren con el TGV Barcelona-Carcassonne. La estación de trenes está junto al puerto del Canal du Midi.
Un poco de historia
Es imposible hablar de Carcassonne sin mencionar algo del pasado de esta ciudad, especialmente durante la Edad Media.
Carcasona fue una colonia adscrita a la importante provincia romana Narbonesa y esto se traduce en los vestigios romanos del siglo VI a. C. que hay en el promontorio dónde se asienta la cité medievale.
Luego pasó por manos visigodas, sarracenas y francas. Tras la muerte de Carlomagno se inicia le época feudal en Carcassonne y el auge de la dinastía de los Trencavel.
Raymond Roger de Trencavel y los cátaros
El vizconde de Carcassonne tuvo una vida muy breve, tan sólo 24 años, de los cuales fue vizconde durante 15. En esta época la religión cátara se desarrolló rápidamente en el sur de Francia y en lo que se conoce como Occitania. Los cátaros proponía una vida de austeridad y bondad, alejada de la vida de lujos, corrupción e intrigas políticas que eran el pan de cada día en la Iglesia Católica. Esto llevó a esta última a condenar a los cátaros como herejes y a unirse a al Rey de Francia para acabar con la herejía.
Unos y otros motivados por intereses políticos y territoriales se dedicaron a masacrar a los que profesaban esta corriente del cristianismo (quemaban vivos a todos, mujeres y niños incluidos). Los cruzados al mismo tiempo, defendían los intereses de la corona francesa que no veía con buenos ojos la independencia de los señores feudales occitanos.
Todo esto derivó en el asedio de Carcassonne por Simon de Montort, el jefe de los cruzados. La ciudad aguantó 15 días, pero la escasez de agua y el calor obligaron al joven Trencavel a negociar la rendición. Tras un par de intentos la ciudadadela se rindió, pero Montfort y las autoridades papales no respetaron los acuerdos de rendición y encerraron a Trencavel en las mazmorras, dónde murió dos meses después. El nuevo vizconde sería Simon de Montfort.
La cité medieval siguió creciendo y también se creó en el 1262 la Bastide Saint-Louis, el nuevo burgo situado en la orilla izquierda del río Aude. La decadencia de la Carcasona medieval empieza con la firma del Tratado de los Pirineos de 1659 y en la cual los castillos del sur de Francia pasan de ser importantes centros defensivos a muros de piedra sin ningún valor militar o estratégico.
En el siglo XIX y a punto de ser destruida, el famoso arquitecto Viollet-le-Duc, la salvó iniciando una espectacular reconstrucción de la fortaleza militar.
¿Sabías qué el famoso arquitecto francés fue el responsable de que las gárgolas pueblen hoy día las alturas de Notre Dame de París?
Que ver en Carcassonne
Podríamos dividir la ciudad en la ciudadela medieval y la parte moderna, la Bastide de Saint louis. Obviamente si estáis de paso y vuestro tiempo es limitado, id directamente a la Cité.
La ciudadela medieval de Carcassonne
Sin duda todos visitamos Carcasona por su majestuosa fortaleza. Semejante idea la tienen muchos viajeros de todo el mundo, así que si queréis disfrutarla con un poco de calma, mejor evitar Semana Santa o las vacaciones de verano. Carcassonne es más mágica durante cualquier fin de semana de otoño o primavera con mucha menos gente entre sus murallas.
Si venís en coche, lo más habitual es dejarlo en el parking de pago que hay bajo la Puerta Narbonesa, la majestuosa entrada a la Cité. También podéis venir andando desde el centro de la ciudad moderna en un agradable paseo de aproximadamente media hora.
En la entrada aparte de las torres podréis admirar el busto de la Dama Carcas, princesa sarracena que defendió la plaza ante las huestes de Carlomagno. Ya os podéis imaginar de dónde viene el nombre de Carcassonne.
Una vez cruzada la puerta y el puente levadizo podréis adentraros en las calles de Carcassonne repletas de restaurantes y tiendas de souvenirs y que la hacen parecer más un decorado que una verdadera fortaleza, por lo que insistimos en que visitéis la ciudad en temporada baja para ahuyentar esta sensación.
Si tenéis ganas de evitar a los turistas, mejor recorrer el anillo de murallas exterior con más de 1,5 Km de longitud y un grosor a prueba de asaltos y el interior con 1,25 Km de longitud. El paseo es sencillamente memorable y os servirá admirar sus 52 torres y para conocer la fortaleza desde diferentes perspectivas. ¡Os aseguramos que no dejaréis de hacer fotos!
Si cruzamos la Puerta Narbonesa y seguimos recto llegaremos al castillo de los vizcondes del siglo XII, la última defensa de la fortaleza, situado dentro de la misma.
Para entrar hay que pagar entrada pero vale mucho la pena tanto por las vistas que hay desde el castillo como por los atractivos que guarda su interior. Por ejemplo podréis disfrutar de una película con espectaculares imágenes de la Cité, la Bastide de Saint Louis y los paisajes del Aude.
También podréis admirar una fantástica colección de fotos de la Cité antes de la restauración llevada a cabo por Viollet-le-Duc.
Otra de las estrellas del castillo es su espectacular maqueta, recreada con todo lujo de detalles y que le costó a su creador, 50 años de dedicación.
La entrada cuesta 9€, pero si queréis evitar colas y largas esperas podéis sacar la entrada aquí.
Otro de los edificios de la Cité de Carcassonne que merecen una visita es la Basílica de Saint-Nazaire y Saint-Celse, un ejemplo perfecto de fusión de estilos románico y gótico con las vidrieras más importantes de la región del Midi.
Justo debajo está el teatro de la ciudad fortificada, construido a principios del siglo XX y dónde se celebran espectáculos y conciertos veraniegos.
Carcasona, como buena ciudad medieval, tiene sus pozos. En concreto hay dos, uno en la zona del castillo y el otro cerca de la basílica, en dos lugares con mucho encanto, sobre todo cuando no hay hordas de gente. Se llegaron a realizar excavaciones, ya que la leyenda contaba que en su interior había un tesoro oculto.
Otro lugar interesante para visitar es el Museo de la Inquisición de Carcassonne, ubicado entre la Puerta Narbonesa y el Castillo y que acoge una interesante exposición de objetos de tortura utilizados hasta la Revolución Francesa.
La Bastide de Saint-Louis
En 1262 nació el nuevo barrio de Carcassonne, a la izquierda del río Aude y que fue creciendo y desarrollándose bajo un modelo regular de cuadricula cuyo centro neurálgico es la Plaza Carnot, con la famosa fuente de Neptuno del año 1770 y alrededor de la cual se organizan los mercados semanales de la ciudad.
La bastida se comunica con la ciudadela medieval a través del romántico Puente viejo, un puente medieval del siglo XIV que hasta el siglo XIX era la única manera de llegar a la cité desde la bastida. Hoy en día es un bucólico paseo peatonal, con preciosas vistas de la fortaleza medieval y del encantador barrio de Trivalle, que está a los pies de las murallas.
De nuevo en la bastida de Saint-Louis, merece una vista la Catedral de Carcassonne, consagrada a Saint Michel y constuida entre los siglos XVI y XVIII.
Otro edificio religioso digno de visitarse es la Iglesia de Saint Vincent, de los siglos XIV-XV, uno de los mejores ejemplos del arte gótico del Midi francés. Además podéis subir a su campanario y contemplar las fantásticas vistas de la Bastida y la Cité Medievale.
La bastida fortificada también tenía sus puertas y puntos de entrada. Actualmente sólo queda uno, la Puerta de los Jacobinos, construida en 1778 y que está al lado de los restos de la muralla y una antigua fuente del siglo XVIII.
Si sois amantes del vino, merece mucho la pena pasear por alguna de sus calles principales como la calle Verdun y la calle Albert Tomey dondé se puede tomar unas tapas y vinos denominación de origen de la región.
Y por último, especialmente si vais con buen tiempo, no dejéis de visitar el Canal du Midi, una espectacular obra de ingeniería civil realizada en tiempos de Luis XIV y que fue especialmente importante en su época uniendo Toulousse y el río Garona con el Mar Mediterráneo a través de 200 Km.
El canal navegable más antiguo de Europa permite hoy visitar pueblos y paisajes del Mediodía francés ya sea alquilando un barco sin necesidad de tener licencia o a modo de excursión para conocer desde otra perspectiva estos maravillosos lugares.
En Carcassonne el puerto está muy cerca de la estación de trenes de Carcassonne y de la plaza André Chernier.
Las mejores vistas de Carcasona
El Pont Neuf o puente nuevo sirvió para descongestionar el puente viejo y para que los coches pudiesen circular y llegar a la Bastide Saint-Louis. Y también sirve para hacer una de las mejores fotos de Carcassonne. Un mirador excepcional de la Cité y del puente viejo que salva el río Aude. A cualquier hora, pero especialmente al atardecer y en la hora azul es todo un espectáculo y es tan grande que no hay que sufrir por coger sitio.
La otra gran panorámica de Carcassonne es la Puerta Aude. Es una de las postales típicas de Carcassonne y uno de los mejores sitios para fotografiar esta parte de la ciudadela.
Está situada en la parte oeste de la fortaleza y tiene un aspecto típicamente medieval. Los atardeceres y anocheceres aquí también son memorables.
En las fotos veréis unos curiosos círculos concéntricos. No es ningún problema de la cámara. Es una ilusión óptica creada por el artista suizo Felice Varini para conmemorar el 20 Aniversario de la inscripción de Carcassona como Patrimonio Mundial por la Unesco. La pintura usada era amarilla. Nosotros cuando fuimos ya se veía blanca y supongo que con el paso del tiempo ya no quedará rastro de esta curiosa obra efímera.
Eventos y espectáculos para disfrutar la Cité
Sería casi pecado mortal finalizar este artículo sin mencionar algunos de los eventos que tienen lugar en la ciudad y que podemos afirmar que son de los más espectaculares de nuestro continente.
Uno de ellos es la celebración del Día Nacional de Francia, el 14 de julio, cuando la ciudad medieval se ilumina con unos apoteósicos fuegos artificiales.
Otro evento que se ha convertido en uno de los referentes navideños del sur de Europa, es el mercado de Navidad de Carcassonne, uno los mejores lugares de Europa al sur de los Alpes. Hemos estado un par de veces y es absolutamente recomendable, especialmente si vais con niños.
Carcassonne es la ciudad medieval por excelencia y es por ello que ver el Gran Torneo de Caballería es casi una obligación. No os perdáis a los jinetes cabalgando furiosos contra su rival a los pies de las murallas de la Cité. Combates y duelos de justas que se celebran durante el mes de julio y los primeros días de agosto.
Esto es Carcassonne, una ciudad única en el mundo, dónde no hace falta soñar despierto para pasear por sus calles medievales, rodeados de torres y murallas.
Deja una respuesta