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Los antiguos hablaban del Finis Terrae como el lugar dónde creían que acababa el mundo y en cierto modo tenían razón, ya que la Punta de Raz, situada en el departamento francés de Finisterre, es un lugar inhóspito, misterioso y violento que provoca muchas sensaciones en el viajero que visita el cabo.
El famoso cabo capta a la perfección la esencia de la costa bretona de Cornualles y es famosa por sus violentas tormentas. El paso entre Raz y la isla de Sein es profundamente respetado y temido por los pescadores por lo que estamos ante una de las maravillas naturales más indomables de la vieja Europa.
Su halo mágico y misterioso provocaba que este lugar catalogado como Gran Site National de Francia fuera muy visitado, incrementándose peligrosamente el número de hoteles y tiendas, amenazando muy seriamente, la flora y la fauna, y con ello, el encanto del paraje. Los franceses mucho más avanzados que nosotros en este sentido optaron por medidas drásticas, derribaron todos los hoteles y edificaciones próximas al lugar e incluso trasladaron 1 Km tierra adentro el aparcamiento y las tiendas de souvenirs. Consiguiendo con ello, recuperar el encanto primitivo de la zona.
Nosotros acudimos una soleada tarde de agosto. Debe ser un espectáculo acudir con una tormenta en ciernes, con las nubes amenazantes y con el viento rugiendo pero imaginamos que tampoco deber ser muy prudente. De todas formas agradecimos la preciosa puesta de sol y más teniendo en cuenta que íbamos con nuestra hija de 1 año y medio.
En cuánto al atardecer, tuvimos la fortuna de disfrutarlo prácticamente solos, acompañados del sonido de las olas golpeando el faro de la Vieille y de alguna qu eotra gaviota reclamando la soberanía de lugar. Inolvidable.
A menos de media hora de Raz se encuentra otra punta, menos conocida pero igualmente bella: la punta de Van. Desde allí se puede observar otra perspectiva de la Punta de Raz y además la sensación de solitud y de desamparo es mayor.
Si viajas a la Bretaña, déjate atrapar por la magia de Finisterre. Ves a última hora cuando hay mucha menos gente y el encanto del lugar es palpalble. No lo olvidarás en la vida.
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