Tabla de contenidos
- 1 Cómo llegar a las minas de sal
- 2 La visita a las minas de sal de Berchtesgaden
- 3 Precios y horarios
- 4 PRECIOS
- 5 HORARIOS
- 6 LINKS
- 6.1 Artículos que te pueden interesar
- 6.2 Saint-Rémy-de-Provence:la esencia de la Provenza
- 6.3 Qué ver en Atenas en dos días
- 6.4 Hotel en Basilea: Ibis Styles, una gran opción
- 6.5 El templo de Poseidón en Cabo Sounion (Grecia)
- 6.6 Ruta por Grecia continental y Santorini con niños
- 6.7 Mercado de Navidad del Aeropuerto de Múnich
- 6.8 Camping Bois Fleuri (Argelès-sur-Mer): entre mar y montaña
- 6.9 Los mejores campos de lavanda (Provenza francesa)
- 6.10 Río Dobra y la Olla de San Vicente (Asturias)
- 6.11 Cómo llegar a Basilea
Las minas de sal de Berchtesgaden (Salzbergwerk) es una de las atracciones más famosas de toda la región del Berchtesgadener Land. El "oro blanco" se lleva extrayendo del interior de los Alpes bávaros desde el año 1517, por lo que durante este año 2017 se ha celebrado los 500 años de su existencia.
Aunque os pueda parecer una turistada, la visita es muy interesante a la par que divertida y emocionante, gracias a sus dos toboganes o el paseo en balsa por el lago subterráneo. Además la mina sigue activa y el proceso de extracción de la sal sigue vigente a día de hoy, gracias a las más modernas tecnologías.
Cómo llegar a las minas de sal
Las minas de sal están en Berchtesgaden, casi en la frontera con Austria y muy cerca de Salzburgo. Desde Berchtesgaden es muy fácil llegar en coche y sólo hay que seguir las indicaciones que marcan Salzbergwerk, en la parte baja de la ciudad. Si no disponéis de coche podéis llegar en los autobuses de las líneas 840 o 848 que parten de la estación de Berchtesgaden.
La visita a las minas de sal de Berchtesgaden
Si vais a visitar la mina de sal lo primero que tendréis que hacer es poneros la ropa adecuada de cualquier minero. Así que no es extrañéis cuando os den el mono de trabajo que provocará las risas de familiares y amigos. Si vais con niños, como es nuestro caso, es un punto más a favor de esta actividad. Falta el casco, pero no os preocupéis porque vuestra integridad está asegurada.
No podéis entrar con bolsas o mochilas, así que tendréis que dejarlas en las taquillas, así como la cámara fotográfica o de video ya que no está permitido su uso en el interior.
Una vez crucéis la puerta de acceso, comienza la verdadera aventura de la visita a las minas de sal de Berchtesgaden y lo hace con una foto en la vagoneta, así que ¡poned vuestra mejor cara!
Viaje hacia el interior de la mina
Todo empieza en un túnel muy largo y estrecho, con alguna que otra curva y aproximadamente unos 650 metros de recorrido. Vestidos de minero, con el techo de piedra a ras de nuestras cabezas y con la claustrofóbica sensación de adentrarnos en el corazón de la mina, el vagón avanza hacia el inicio de la visita.
Nuestro guía hablaba alemán, pero teníamos una práctica audioguía que se activaba al entrar en la sala en cuestión. Entre explicaciones y reflexiones llegamos a uno de los highlights de la jornada: el tobogán de la mina, por el cual os podréis tirar en un divertido descenso. Si no os gustan este tipo de inventos, podéis bajar tranquilamente andando.
Antes de tiraros por el tobogán, podréis admirar lo que se conoce como la Catedral de sal, una enorme concavidad, la cuál ya se ha desecado y no queda sal. Una fantástica ambientación intenta recrear con bastante éxito cómo era el lugar cuando había sal, y cómo ésta, junto al agua provocaba miles de destellos, como si todo estuviese lleno de gemas preciosas.
El recorrido trata de sobre todo de las diferencias en el proceso de extracción de la salmuera que hay en la actualidad en relación a hace uno o dos siglos. Es increíble comprobar como hace decenas de años, la fuerza del minero era vital para horadar la montaña y cómo hoy en día las más modernas máquinas y herramientas facilitan la tarea del hombre. Sorprende ver cómo hace 100 años un minero sudaba hasta la última gota de sudor y sangre para horadar 6 centímetros de roca al día, y hoy en día se consiguen 6 metros diarios.
Tras estas explicaciones otro vertiginoso tobogán nos espera para descender hacia un nivel inferior de la mina. No poséis, ¡en este no hay foto!
La visita continúa por otras secciones de la mina abiertas al público, pasando por otro de los puntos culminantes del recorrido: cruzar en balsa un lago subterráneo. La verdad es que esta parte está muy conseguida ya que por momentos, las aguas del lago reflejan la gruta dónde está ubicado. También acompaña mucho la acertada ambientación audiovisual.
Tras desembarcar, podremos admirar uno de los hitos de tecnología e ingenio del hombre del siglo XX: la bomba de Reichenbach, en honor a su inventor. Construida en bronce para evitar la corrosión estuvo en funcionamiento hasta hace bien entrado el siglo XX.
Tras esta última sección, nos espera un ascensor, que bien parece un funicular, para llevarnos de nuevo al nivel superior dónde nos espera nuestra vagoneta minera que nos llevará de nuevo al punto de partida, poniendo punto y final a este emocionante viaje.
La temperatura de la mina son 12ºC constantes todo el año, así que en función de la época del año que vayáis os parecerá que hace frío o no. Nosotros, al ir en diciembre, nos sirvió para estar resguardados durante una hora y media del gélido frío de Alemania.
Precios y horarios
PRECIOS
HORARIOS
LINKS
Saint-Rémy-de-Provence:la esencia de la Provenza
Qué ver en Atenas en dos días
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El templo de Poseidón en Cabo Sounion (Grecia)
Ruta por Grecia continental y Santorini con niños
Mercado de Navidad del Aeropuerto de Múnich
Camping Bois Fleuri (Argelès-sur-Mer): entre mar y montaña
Los mejores campos de lavanda (Provenza francesa)
Río Dobra y la Olla de San Vicente (Asturias)
Cómo llegar a Basilea
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