Tabla de contenidos
Cuando visitamos Alquézar nada hacía presagiar que nos íbamos a encontrar con uno de los pueblos más bonitos de España , pero esta localidad de apenas 300 habitantes tiene un casco histórico precioso y unas espléndidas vistas del Parque natural de la Sierra y los Cañones de Guara.
Justo antes de llegar y si vienes por el Parque Natural de Sierra y Cañones del Río Vero te encuentras con este paisaje, dónde olivos y almendros conforman una estampa de lo más colorida y alegre.
En breve, la carretera tuerce a la derecha y en 3 Km aproximadamente se llega a Alquézar, localidad que no se hace la interesante ni la misteriosa, ya que te muestra sus encantos nada más llegar y es que la panorámica que se obtiene al entrar es de postal. Lo ideal es dejar el coche en uno de los numerosos aparcamientos que hay entrando al pueblo. Puedes visitar su página oficial aquí.
Nada más entrar, varios restaurantes jalonan el paseo hacia el pueblo, dónde las terrazas miran hacia el castillo, a la colegiata y hacia el parque natural. Aún no has entrado al pueblo y ya te encuentras haciendo cábalas de qué deliciosos manjares de la cocina aragonesa probarás.
Qué ver en Alquézar
Superada la tentación de no pararnos probar bocado, entramos en la antigua Al-qásr, erigida por Jalaf ibn Rasid que creó una fortaleza para defender sus tierras de los cristianos asentados en la comarca del Sobrarbe. El pequeño pueblo fue creciendo bajo la fortaleza musulmana. Cuando cayó la plaza árabe, el antiguo castillo pasó a ser la bella colegiata de Santa María la Mayor.
Antes de llegar a la colegiata, el paseo discurre por agradables y cuidadas calles, pasando por bellas plazas como la Plaza Mayor. Es interesante descubrir detalles del pasado medieval del caserío, en sus escudos, blasones y portalones mientras nos dirigimos inevitablemente al antiguo castillo.
Justo antes de iniciar el ascenso a la colegiata, una bella plaza con una cruz nos regala unas vistas maravillosas del paraje natural en que está situado Alquézar, en plena Sierra de Guara y con el último cañón del río Vero a nuestros pies.
Ahora ya sólo nos queda subir las escaleras hacia la colegiata admirando las poderosas murallas y disfrutando durante es ascenso de impresionantes vistas.
Una vez acabado el paseo por el pueblo, escogimos uno de sus restaurantes y disfrutamos de la gastronomía de la tierra: unas migas con chorizo y uvas y unas costillas a la brasa, acompañadas con un vino de la región fueron los protagonistas de nuestra mesa, aunque si os decimos la verdad, los efectos de la crisis se han hecho notar y había muy poco personal atendiendo, tanto que tuvimos que esperar una hora a probar bocado. Espera, que con dos niños pequeños acompañándonos... como os podéis imaginar... ¡se hizo mucho más larga!
Hubiéramos podido continuar nuestro itinerario por los recodos del cañón del río Vero, gracias a las pasarelas de Alquézar, pero ya no era hora de andar más y menos yendo con los pequeños. Pero es lo que tiene esta encantadora villa: agradables paseos, deportes de aventura o rutas para pasar una preciosa mañana caminando.
Esta es la antigua Al-Qsar, un maravilloso lugar que debemos agradecer a un antiguo príncipe musulmán y que ha sabido mantener su carácter y su encanto sin convertirse en un tenderete turístico pese a su fama. ¡No te pierdas Alquézar!
Unas fotografías preciosas, es un sitio para ir a verlo y disfrutar de su patrimonio arquitectónico. Saludos!!
Gracias! La verdad es que hizo un día primaveral precioso y eso ayuda…