Tabla de contenidos
- Cómo llegar a Cala Bona (Costa Brava)
- Cala Bona (Tossa de Mar)
- Chiringuito Cala Bona
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Cala Bona es una playa situada en Tossa de Mar en el tramo que va de esta localidad gerundense hasta Sant Feliu de Guíxols. Si buscáis un paraíso aislado, con pocas comodidades pero de una belleza franca y sincera, esta cala os enamorará, teniendo en cuenta que no es lo mismo visitarla en agosto que en mayo.
Por el contrario si sois de los que buscáis arena fina y espacio para tumbaros, mejor buscar otro sitio.
Cómo llegar a Cala Bona (Costa Brava)
Es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de visitar Cala Bona. Llegar en coche es casi imposible, ya que no hay aparcamiento y la cala está ubicada bajo un acantilado. Justo encima hay el mirador de Sant Jaume con increíbles vistas de Tossa de Mar y de los acantilados que acabáis de pasar dónde apenas caben seis o siete coches. Fuera de temporada o a primera hora quizás tenéis suerte, pero sobre todo no dejad el coche en la carretera en un lateral, porque multan.
Si os gusta caminar podéis llegar caminando desde la Tossa de Mar. Nosotros por ejemplo lo hicimos desde la playa de la Mar Menuda y en media hora llegas a Cala Bona.
El camino tiene algunas subidas y bajadas pero no entraña dificultad alguna. Solo se requiere un mínimo de condición física ya que se anda por encima de un acantilado. Se puede ir con niños, pero sin son pequeños, de la mano, ya que aunque el camino no es estrecho, hay precipicios y no pueden ir a su aire.
El tramo de camino de ronda es precioso, pasa por un bosque de pinos, tan característico de la Costa Brava y la entrada a Cala Bona es triunfal.
Obviamente también se puede llegar en barca o haciendo kayak o paddle surf desde Tossa de Mar. Desde la misma localidad también parten barcos con fondo de cristal que llegan hasta Cala Bona y Cala Pola o Cala Giverola.
Cala Bona (Tossa de Mar)
Desde el primer momento que llegas a Cala Bona te das cuenta que estás en un auténtico paraíso, lejos del turismo de masas. Aunque es tan pequeña que en temporada alta en seguida se llena.
Sus aguas son una auténtica delicia, de color azul turquesa y verde intenso y cristalinas como pocas. Bañarse en ellas, fuera de temporada, sin gente ni barcas alrededor, es una experiencia única, rodeado de peces y en un entorno virgen y salvaje inundado por el aroma de pino. Es uno de esos rincones de la Costa Brava por los cuales es tan reconocida y famosa.
La playa en si tiene 10 metros por 10 metros, o sea que es minúscula. Encima no hay arena, tan solo unas rocas en la que es difícil estirarse, pero Cala Bona se ha de ver alguna vez en la vida. Además a quince minutos andando de la playa está Cala Pola, con mucho más espacio, arena y es también un rincón de ensueño.
Chiringuito Cala Bona
De mayo a septiembre hay un chiringuito dónde sirven platos tradicionales de pesca y paellas. Por su ubicación y su exclusividad no debe de ser barato. Está abierto cada día y supongo que debe merecer la pena comerse una paella contemplando este pedazo de mar paradisiaco.
Cala Bona es uno de esos secretos de la Costa Brava. No os lo perdáis, pero si podéis ir en junio o septiembre os hará muy buena temperatura y estaréis prácticamente solos.
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